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Jonás 3:6 - Biblia Version Moderna (1929)

6 Y llegó la noticia al rey de Nínive; el cual se levantó de su trono, y quitando de sobre sí su vestidura real, se vistió de saco, y sentóse en ceniza.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Cuando el rey de Nínive oyó lo que Jonás decía, bajó de su trono y se quitó sus vestiduras reales. Se vistió de tela áspera y se sentó sobre un montón de cenizas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 La noticia llegó hasta el rey de Nínive, que se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó sobre cenizas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Cuando la noticia llegó hasta el rey de Nínive, éste se levantó de su trono, se despojó de su manto, se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 La noticia llegó al rey de Nínive, quien se levantó de su trono, se quitó el manto, se vistió de saco y se sentó en la ceniza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, y echó de sí su vestidura, y se cubrió de cilicio, y se sentó sobre ceniza.

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Jonás 3:6
20 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y sucedió que cuando oyó Acab estas palabras, rasgó sus vestidos, y puso saco sobre su carne, y ayunó, y se acostó en cilicio, y andaba callado.


Y tomó Job un tiesto de olla para raerse con él  la podredumbre, sentado en medio de ceniza.


¡por lo cual me aborrezco a mí mismo, y me arrepiento en polvo y ceniza!


En sus calles se ciñen de saco: sobre sus terrados y en sus plazas cada uno está aullando, deshecho en lágrimas.


Di al rey y a la reina madre: ¡Humillaos, sentaos en tierra! porque han descendido vuestras tocas, la corona de vuestra gloria.


y les refirió Micaya todas las palabras que él había oído, cuando leyó Baruc en el libro a oídos del pueblo.


Así no tuvieron temor, y no rasgaron sus vestidos, ni el rey, ni ninguno de sus siervos que habían oído todas aquellas palabras:


¡Oh hija de mi pueblo, cíñete de saco, y revuélcate en la ceniza! haz por ti misma llanto, como por un hijo único, amarguísima lamentación! porque viene súbitamente el saqueador sobre nosotros.


YOD.-  Se sientan en tierra y guardan silencio los ancianos de la hija de Sión; echan polvo sobre sus cabezas; se ciñen de saco: las vírgenes de Jerusalem tienen abatidas las cabezas hasta la tierra.


que ponga en el polvo su boca, diciendo: ¡Quizá habrá esperanza!


Entonces descenderán de sus tronos todos los príncipes de la mar, y se quitarán sus mantos, y se desnudarán sus ropas bordadas, y se vestirán de estremecimiento: se sentarán en tierra y temblarán a cada momento, y se asombrarán a causa de ti.


Luego dirigí mi rostro hacia el Señor Dios, para buscarle en oración y súplica, con ayuno y saco y ceniza.


¡No lo anunciéis en Gat! ¡no lloréis con lloro! ¡revuélcate en el polvo en Bet-afra!


¡Ay de ti, Corazín!  ¡ay de ti, Bethsaida!   porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, ya ha mucho que se hubieran arrepentido en cilicio y ceniza.


¡Ay de ti, Corazín! ¡ay de ti, Betsaida! que si en Tiro y Sidón se hubieran hecho los milagros que han sido hechos en vosotras, ya ha mucho que se hubieran arrepentido, sentadas en cilicio y ceniza.


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