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Jeremías 34:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 Y obedecieron todos los príncipes y todo el pueblo, los que habían entrado en el pacto de dejar ir libres cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, para no hacerse servir más de ellos: obedecieron pues y los dejaron ir.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Y cuando oyeron todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva, que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los dejaron.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Las autoridades y todo el pueblo habían obedecido el mandato del rey,

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Todas las autoridades y el pueblo habían entendido el compromiso que tomaban y despidieron a sus esclavos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Cuando los príncipes y los del pueblo oyeron que en el pacto se había convenido dejar libre cada uno a su siervo y a su sierva, y que ninguno los usara más como siervos, obedecieron y los dejaron ir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Todos los príncipes y todo el pueblo que habían tomado parte en el acuerdo accedieron a dejar en libertad cada uno a su esclavo o a su esclava, para no volver a tenerlos por esclavos; accedieron, pues, y los dejaron en libertad.

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Jeremías 34:10
12 Σταυροειδείς Αναφορές  

Cuando comprares un siervo hebreo, seis años te servirá, mas al séptimo saldrá libre, de balde.


Dice pues el Señor: Por cuanto este pueblo se me acerca con su boca, y con sus labios me honran, pero alejan de mí su corazón, y su temor de mí es solo un mandamiento de hombres, cosa que se les ha enseñado;


¶Y cuando los príncipes de Judá oyeron estas cosas, subieron de la casa del rey a la Casa de Jehová, y se sentaron a la entrada de la puerta Nueva de la Casa de Jehová.


¶Entonces los príncipes y todo el pueblo dijeron a los sacerdotes y a los profetas: Este hombre no es digno de muerte; puesto que nos ha hablado en el nombre de Jehová nuestro Dios.


Pero volvieron después de esto e hicieron tomar a los siervos y a las siervas que habían dejado ir libres, y los redujeron otra vez a servidumbre como siervos y siervas.


es a saber, los príncipes de Judá, y los príncipes de Jerusalem, y los eunucos, y los sacerdotes, y todo el pueblo del país, los cuales pasaron por en medio de las partes separadas del becerro.


bajóse a la casa del rey, a la cámara del secretario, y he aquí que estaban sentados allí todos los príncipes: Elisama secretario, y Delaya hijo de Semaya, y Elnatán hijo de Acbor, y Gemarías hijo de Safán, y Sedequías hijo de Hananías, en fin, todos los príncipes;


Entonces dijeron los príncipes al rey: Rogámoste que este hombre sea muerto; porque debilita las manos de los hombres de guerra que nos quedan aún en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo, hablándoles tales palabras; porque este hombre no procura el bienestar de este pueblo, sino su mal.


Santificaréis pues el año quincuagésimo, y proclamaréis en la tierra libertad a todos sus habitantes: jubileo os será, y os volveréis cada uno a su posesión; y cada cual tomará a su parentela.


porque Herodes temía a Juan, conociendo que era hombre justo y santo, y miraba por su seguridad; y cuando le oía, hacía muchas cosas, y le escuchaba con gusto.


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