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Jeremías 20:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Porque cuantas veces hablo, tengo que quejarme; clamo: ¡Violencia y robo! porque el oráculo de Jehová ha venido a serme un vituperio, una afrenta, todos los días.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

8 Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Cuando hablo, me brotan las palabras. Grito: «¡Violencia y destrucción!». Así que estos mensajes del Señor me han convertido en objeto de burla.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Pues me pongo a hablar, y son amenazas, no les anuncio más que violencias y saqueos. La palabra de Yavé me acarrea cada día humillaciones e insultos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Porque siempre que hablo, Que grito, que proclamo: ¡Violencia y destrucción!, La palabra de YHVH se me vuelve objeto de burla y oprobio todo el día.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Siempre que hablo, tengo que gritar: ¡violencia y opresión! Esto es lo que proclamo. La palabra de Yahveh me resulta oprobio y escarnio todo el día.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Porque desde que hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.

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Jeremías 20:8
26 Σταυροειδείς Αναφορές  

¶Después salió Eliseo de allí a Bet-el; y en tanto que iba por el camino cuesta arriba, unos mozuelos salieron de la ciudad, y se mofaron de él, diciéndole: ¡Sube, calvo! ¡sube, calvo!


Mas ellos se mofaban de los mensajeros de Dios, y despreciaban las palabras de él, y hacían escarnio de sus profetas, en grado que subió de punto la ardiente indignación de Jehová contra su pueblo, hasta no haber remedio.


¿Con quién os habéis chanceado? ¿contra quién habéis ensanchada la boca y soltado la lengua? ¿No sois hijos de transgresión, linaje espúreo,


¡Ay de mí, madre mía! ¿por qué me diste a luz, hombre de contención, como soy, y hombre de discordia, para toda esta tierra? No he prestado dinero a interés, ni me lo han prestado a mí; y sin embargo cada uno de ellos me maldice.


¡Oh Jehová, tú lo sabes todo! ¡Acuérdate de mí, y visítame, y hazme justicia de mis perseguidores; no me dejes arrebatar, en tu longanimidad para con mis enemigos! ¡sabe que por tu causa yo he llevado afrenta!


Mas si no me escuchareis para santificar el día del descanso, y para no llevar cargas, entrando por las puertas de Jerusalem en el día del descanso, encenderé un fuego en las puertas de ella, que devorará los palacios de Jerusalem; y no será apagado.


¡Oh Jehová tú me persuadiste, yo fuí persuadido! fuiste urgente conmigo, y prevaleciste; y yo he venido a ser un hazmerreír todos los días: ¡todos se burlan de mí!


Los profetas que ha habido antes de mí y antes de ti, de tiempos antiguos, profetizaron contra muchos países y contra grandes reinos, respecto de guerra y de calamidad y de peste.


¡RECORRED las calles de Jerusalem, y mirad, y reconoced, y buscad por sus plazas, a ver si podéis encontrar un hombre; si hay uno solo que obre justicia, que busque la verdad; y yo la perdonaré!


Por tanto el león del bosque los mata; el lobo del desierto los saquea; el leopardo vigila en torno de sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será despedazado: porque sus transgresiones son muchas, y son agravadas sus reincidencias.


¿A quiénes he de hablar y testificar de modo que oigan? He aquí que es incircunciso el oído de ellos, de manera que no pueden escuchar: he aquí que la palabra de Jehová ha venido a ser un oprobio para ellos; no tienen deleite en ella.


Pues qué, ¿hurtáis, matáis y cometéis adulterio, juráis en falso también, y quemáis incienso a Baal, y andáis tras otros dioses que no conocéis;


¿Por qué me haces ver la iniquidad, y miras tú inmoble la maldad? pues que la opresión y la violencia están delante de mí; y hay contienda, y se levantan pleitos.


¶Respondiendo entonces uno de los doctores de la ley, le dice: ¡Maestro, con decir estas cosas nos afrentas a nosotros también!


estimando por mayor riqueza el vituperio de Cristo, que los tesoros de Egipto; porque tenía su mirada puesta en la remuneración.


Salgamos pues a él, fuera del campamento, llevando su vituperio.


Si sois vituperados por el nombre de Cristo, bienaventurados sois; porque el Espíritu de gloria y de Dios descansa sobre vosotros.


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