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Jeremías 2:31 - Biblia Version Moderna (1929)

31 ¡Oh generación perversa, atended al oráculo de Jehová! ¿Por ventura he sido yo un yermo para Israel, o una tierra de densas tinieblas? ¿por qué pues ha dicho mi pueblo: ¡Sacudimos el yugo! ¡no volveremos más a ti!

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

31 ¡Oh generación! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

31 »¡Oh pueblo mío, presta atención a las palabras del Señor! ¿Acaso he sido como un desierto para Israel? ¿Acaso le he sido una tierra de tinieblas? Entonces díganme por qué mi pueblo declara: “¡Por fin nos hemos librado de Dios! ¡No lo necesitamos más!”.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

31 ¿He sido yo para Israel un desierto o una tierra cubierta de espinos? ¿Por qué, entonces, dice mi pueblo: 'Nos apartamos de ti, no queremos verte más?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

31 ¡Oh generación, atended la palabra de YHVH! ¿He sido Yo un desierto para Israel? ¿O acaso una tierra de densas tinieblas? ¿Por qué dice mi pueblo: Somos libres,° nunca más volveremos a ti?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

31 ¡Oh generación! Atiende a la palabra de Yahveh: ¿He sido para Israel un desierto o una tierra tenebrosa? ¿Por qué mi pueblo dice: 'Somos libres, no vendremos más a ti?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

31 ¡Oh generación, atended a la palabra de Jehová! ¿He sido yo un desierto a Israel, o una tierra de oscuridad? ¿Por qué ha dicho mi pueblo: Señores somos; no vendremos más a ti?

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Jeremías 2:31
26 Σταυροειδείς Αναφορές  

Mas Faraón le respondió: ¿Pues qué te falta conmigo, que, he aquí, procures irte a tu tierra? A lo que contestó: Nada me falta; empero de todos modos déjame ir.


A lo cual respondió Azarías, sumo sacerdote, de la casa de Sadoc, y dijo: Desde que se comenzaron a traer las ofrendas a la Casa de Jehová, ha habido bastante para comer, y para saciarnos, y para que sobre muchísimo; porque Jehová ha bendecido a su pueblo: y lo sobrante es esta gran cantidad.


Por eso dicen a Dios: ¡Apártate de nosotros, que no nos gusta el conocimiento de tus caminos!


El inicuo por la altivez de su rostro no busca a Dios: no hay Dios en todos sus pensamientos.


los cuales dicen: Con nuestra lengua prevaleceremos; nuestros labios de nosotros son; ¿quién es señor de nosotros?


no sea que me sacie del bien, y reniegue de ti, y diga: ¿Quién es Jehová? o no sea que empobrezca, y hurte, y use profanamente el nombre de mi Dios!


No he hablado en secreto, en algún sitio obscuro de la tierra; nunca he dicho a la simiente de Jacob: ¡Buscadme en vano! Yo, Jehová, hablo justicia, declaro cosas rectas.


Porque de tiempo muy atrás yo quebré tu yugo, y rompí tus coyundas; y tú dijiste: No transgrediré; en tanto que sobre todo collado elevado, y debajo de todo árbol frondoso, te prostituías, ¡oh ramera!


Guarda tu pie de andar descalzo, y tu garganta de arder en sed: mas tú dijiste: ¡No hay remedio, no; pues amo a los extraños, y en pos de ellos me iré!


Me iré a los grandes, y hablaré con ellos; porque ellos, sí, conocen el camino de Jehová, la ley de su Dios. Mas veo que éstos todos a una han quebrado el yugo, han roto las coyundas.


Por tanto el león del bosque los mata; el lobo del desierto los saquea; el leopardo vigila en torno de sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere, será despedazado: porque sus transgresiones son muchas, y son agravadas sus reincidencias.


a fin de prender a la casa de Israel en el error de su mismo corazón; por cuanto todos ellos se han separado de mí, para seguir sus ídolos.


Conforme a lo bueno de su dehesa, ellos, como ovejas, se saciaron; se saciaron, y ensalzóse su corazón; por tanto se han olvidado de mí.


PALABRAS de Amós, que fué uno de los pastores de Tecoa; visión que tuvo respecto de Israel, en los días de Uzías rey de Judá, y en los días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel; dos años antes del terremoto.


La voz de Jehová clama a la ciudad; y el hombre de sabiduría mirará a tu nombre ¡prestad atención a la vara, y a aquel que la comisionó!


Ya estáis saciados; ya os habéis enriquecido; sin nosotros habéis llegado a reinar: y yo quisiera que en efecto reinaseis, para que nosotros también reinásemos con vosotros.


Porque cuando a este pueblo le hubiere introducido yo en la tierra que he prometido con juramento a sus padres, tierra que mana leche y miel, y él hubiere comido, y se hubiere saciado y engordado, se volverá a otros dioses y les servirá, y me tratará con desprecio, y quebrantará mi pacto.


Mas engordóse Jesurún, y dió coces; (engordástete, engrosástete, cubrístete de gordura) ; entonces desechó a Dios su Hacedor, y menospreció la Roca de su salvación.


De la Roca que te engendró no haces caso, y te has olvidado del Dios que te dió el ser.


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