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Isaías 57:3 - Biblia Version Moderna (1929)

3 Mas en cuanto a vosotros, ¡llegaos acá, hijos de la hechicera, prole de la adúltera y de la ramera!

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

3 Mas vosotros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y de la fornicaria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «¡Pero ustedes, vengan acá, hijos de brujas, descendientes de adúlteros y de prostitutas!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Y ustedes, vengan para acá, hijos de bruja, familia de adúltera y de prostituta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Acercaos vosotros, oh hijos de la hechicera, Estirpe de la que adultera y se prostituye.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Vosotros, acercaos acá, hijos de la agorera, linaje de adúltero y de prostituida:

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Mas vosotros acercaos acá, hijos de la hechicera, simiente del adúltero y la ramera.

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Isaías 57:3
23 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y su simiente; ésta te quebrará la cabeza, y tú le quebrarás el calcañar.


¡Cómo se ha convertido en ramera la ciudad fiel! ¡llena estaba de rectitud; justicia moraba en ella, mas ahora, homicidas!


¡Ay de ti, nación pecadora, pueblo cargado de iniquidad, raza de malhechores, hijos de vida estragada! ¡han abandonado a Jehová, han despreciado al Santo de Israel, se me han extrañado, se han vuelto atrás!


¡Congregaos, y venid; acercaos a una, los que habéis escapado de las naciones! ¡Nada saben los que cargan con un leño, escultura suya, y oran a un dios que no puede salvar!


¡Acercaos a mí, escuchad esto! no he hablado en secreto desde el principio; desde el tiempo que esto ha sido, allí he estado yo. Y ahora, Jehová el Señor me ha enviado, y también su Espíritu.


Sobre una montaña elevada y encumbrada has puesto tu cama; y allí subes para ofrecer sacrificio;


Y con todo, me buscan de día en día, y tienen deleite en aprender mis caminos, como si fuera nación que obra justicia, y que no abandona la ley de su Dios; me piden las ordenanzas de justicia, y se complacen en acercarse a Dios.


¶Además Jehová me dijo en los días del rey Josías: ¿Has visto lo que hace la apóstata Israel? Vase sobre toda elevada montaña y debajo de todo árbol frondoso, y comete fornicación allí.


Y aconteció que, cuando por la liviandad de sus fornicaciones había contaminado la tierra, cometiendo adulterio con piedras y con leños,


¶Cuando por primera vez Jehová habló por Oseas, dijo Jehová a Oseas: Anda, toma para ti una mujer fornicaria, e hijos de fornicaciones: porque la tierra comete horrible fornicación, apartándose de en pos de Jehová.


ni tampoco de sus hijos me compadeceré; porque hijos de fornicaciones son.


Por tanto, he aquí que voy a cerrar su camino con espinos; y a ella la cercaré con una pared, de modo que no pueda hallar sus senderos.


Y yo me acercaré a vosotros para juicio; y seré veloz testigo contra los hechiceros, y contra los adúlteros, y contra los que juran en falso, y contra los que defraudan al jornalero de su salario, y oprimen a la viuda y al huérfano, y apartan al extranjero de su derecho; y no me temen a mí, dice Jehová de los Ejércitos.


¡Raza de víboras! ¿cómo podéis vosotros, siendo malos, hablar cosas buenas? porque de la abundancia del corazón habla la boca.


Una generación mala y adúltera busca solícitamente una señal; y no le será dada señal alguna, sino la señal de Jonás. Y dejándolos, se fué.


¡Serpientes, raza de víboras! ¿cómo evitaréis la condenación del infierno?


Mas cuando vió a muchos de los fariseos y saduceos que venían a su bautismo, les dijo:  ¡Raza de víboras!  ¿quién os enseñó a vosotros a huir de la ira venidera?


¶Y decía a las multitudes que salían a ser bautizadas por él: ¡Linaje de víboras! ¿quién os enseñó a huir de la ira venidera?


¡Almas adúlteras! ¿no sabéis acaso que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Aquel pues que quisiere ser amigo del mundo, se hace enemigo de Dios.


En esto son manifiestos los hijos de Dios y los hijos del diablo: Aquel que no obra justicia, no es de Dios, ni tampoco el que no ama a su hermano.


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