Hechos 5:9 - Biblia Version Moderna (1929)9 Pedro entonces le dijo: ¿Cómo es que habéis convenido entre vosotros para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que sepultaron a tu marido, y a ti también te sacarán. Δείτε το κεφάλαιοΠερισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 19609 Y Pedro le dijo: ¿Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Nueva Traducción Viviente9 Y Pedro le dijo: —¿Cómo pudieron ustedes dos siquiera pensar en conspirar para poner a prueba al Espíritu del Señor de esta manera? Los jóvenes que enterraron a tu esposo están justo afuera de la puerta, ellos también te sacarán cargando a ti. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Católica (Latinoamericana)9 Y Pedro le replicó: '¿Se pusieron, entonces, de acuerdo para desafiar al Espíritu del Señor? Ya están a la puerta los que acaban de enterrar a tu marido y te van a llevar también a ti. Δείτε το κεφάλαιοLa Biblia Textual 3a Edicion9 Y Pedro a ella: ¿Por qué os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que sepultaron a tu marido, y te sacarán a ti. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Serafín de Ausejo 19759 Y Pedro a ella: '¿Conque os pusisteis de acuerdo entre vosotros para tentar al Espíritu del Señor? Pues mira, están llegando a la puerta los que acaban de enterrar a tu marido, y te llevarán a ti'. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Reina Valera Gómez (2023)9 Y Pedro le dijo: ¿Por qué os pusisteis de acuerdo para tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Δείτε το κεφάλαιο |
Entretanto Eliseo estaba sentado en su casa, y los ancianos de la ciudad estaban sentados con él; y envió el rey un hombre a este efecto. Mas antes que llegara el enviado a donde él estaba, dijo Eliseo a los ancianos: ¡Ved cómo ha enviado aquel hijo de homicida a quitarme la cabeza! Mirad que cuando llegue el enviado, le cerréis la puerta, y le rechacéis con la puerta misma; ¿acaso no se oye en pos de él el sonido de los pies de su señor?