Génesis 41:21 - Biblia Version Moderna (1929)

²¹ Y cuando hubieron entrado en sus entrañas, no podía saberse que hubieran entrado en ellas; pues su aspecto era feo como de primero. Y desperté.

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Biblia Reina Valera 1960

²¹ y estas entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiesen entrado, porque la apariencia de las flacas era aún mala, como al principio. Y yo desperté.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²¹ pero nadie lo hubiera creído, ¡porque después seguían siendo tan flacas y raquíticas como antes! Luego me desperté.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²¹ Pero una vez que las tuvieron en su vientre, no se notaba en absoluto, pues seguían tan flacas y feas como antes. Entonces me desperté.

La Biblia Textual 3a Edicion

²¹ y éstas entraban en sus entrañas, pero no se notaba que hubieran entrado en sus entrañas, porque su apariencia era tan mala como al inicio. Luego, desperté.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²¹ Pero aunque se las comieron, no se notó que las tuvieran dentro; pues su aspecto seguía siendo tan malo como antes. Y me desperté.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

²¹ Y entraban en sus entrañas, mas no se conocía que hubiese entrado en ellas, porque su parecer era aún malo, como de primero. Y yo desperté.

Génesis 41:21 Σταυροειδείς Αναφορές

Génesis 41:20

Y las vacas enjutas y feas devoraron a las siete primeras vacas gordas.

Génesis 41:22

Veía de nuevo en mi sueño, y he aquí siete espigas que subían en una misma caña, gruesas y buenas.

Génesis 41:3

Mas he aquí otras siete vacas que subían del río tras ellas, feas de parecer y enjutas de carne, y se pusieron junto a aquellas primeras vacas a la orilla del río.

Salmos 37:19

No serán avergonzados en el tiempo de calamidad, y en los días de hambre serán saciados.

Isaías 9:20

sino que arremete a la derecha, mas tiene hambre, y devora a la izquierda, pero no se harta: comerán cada cual la carne de su mismo brazo.

Ezequiel 3:3

También me dijo: Hijo del hombre, haz que tu vientre coma, y llena tus entrañas de este rollo que te doy. Y yo me lo comí; y era en mi boca como miel, por lo dulce que era.