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Génesis 37:20 - Biblia Version Moderna (1929)

20 Ahora pues, venid, matémosle, y echémosle en una de estas cisternas; y diremos que alguna bestia feroz le ha devorado; entonces veremos en qué vendrán a parar sus sueños.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

20 Vamos, matémoslo y tirémoslo en una de esas cisternas. Podemos decirle a nuestro padre: “Un animal salvaje se lo comió”. ¡Entonces veremos en qué quedan sus sueños!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

20 Este es el momento: matémoslo y echémoslo en un pozo cualquiera, y diremos que algún animal feroz lo devoró. ¡Ahí vamos a ver en qué quedan sus sueños!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

20 Ahora pues, vamos, matémoslo y arrojémoslo en una de las cisternas, y digamos que una mala bestia lo devoró. Veremos entonces qué serán sus sueños.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 Lo mataremos, lo arrojaremos a una cisterna y diremos que una bestia salvaje le devoró. Veremos así en qué acaban sus sueños'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

20 Venid, pues, ahora; matémoslo y echémoslo en un pozo, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.

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Génesis 37:20
25 Σταυροειδείς Αναφορές  

diciendo el uno al otro: ¡Mirad, ahí viene ese soñador!


Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿De qué nos aprovecha matar a nuestro hermano, y encubrir su sangre?


Entonces enviando, hicieron llevar la túnica de diversos colores a su padre, diciendo: Esta hemos hallado; reconoce pues, y ve si es la túnica de tu hijo o no.


Y él la reconoció, y dijo: ¡La túnica de mi hijo es; alguna bestia feroz le habrá devorado! ¡sin duda ha sido despedazado José!


Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive mi padre todavía? Mas sus hermanos no podían responderle, porque estaban turbados delante de él.


y éste se fué; mas un león le halló en el camino, y le mató. Y quedó su cadáver tendido en el camino, y el asno estaba junto a él; el león también se estaba junto al cadáver.


Entonces volviéndose hacia atrás, los miró, y los maldijo en el nombre de Jehová: y salieron dos osas del bosque, que despedazaron de ellos cuarenta y dos muchachos.


Anímanse mutuamente en una empresa mala; tratan de esconder lazos; dicen: ¿Quién los verá?


¡Hijo mío, si los pecadores quisieren atraerte con halagos, no lo consientas!


porque sus pies corren hacia el mal, y van presurosos a derramar sangre.


El que oculta el odio es de labios mentirosos; y aquel que profiere la calumnia es un insensato.


Cruel es la cólera, y diluvio destructor es la ira; mas ¿quién podrá estar en pie delante de la envidia?


El que encubre sus transgresiones, no prosperará; mas quien las confiese y las abandone, alcanzará misericordia.


Los ojos altivos, la lengua mentirosa, y las manos que derraman la sangre inocente;


Por cuanto habéis dicho: Hemos hecho pacto con la muerte, y con el infierno tenemos hecho convenio; cuando pasare el azote, cual torrente, no nos alcanzará; porque hemos puesto las mentiras por nuestro refugio, y entre los embustes nos hemos escondido;


Si os he dicho cosas de la tierra, y no creéis, ¿cómo creeréis si os dijere cosas del cielo?


¶Porque nosotros también éramos en un tiempo necios, desobedientes, engañados, sirviendo a diversas concupiscencias y placeres, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos los unos a los otros.


Y ahora yo ya sé que seguramente tú has de reinar, y que será estable en tu mano el reino de Israel.


Levantóse pues Saúl y descendió al desierto de Zif, y con él tres mil hombres escogidos de Israel, para buscar a David en el desierto de Zif.


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