Biblia Todo Logo
Διαδικτυακή Βίβλος
- Διαφημίσεις -





Génesis 23:6 - Biblia Version Moderna (1929)

6 Óyenos, señor mío: Gran príncipe eres tú en medio de nosotros; en lo más selecto de nuestras sepulturas entierra tu muerto; ninguno de nosotros te negará su sepultura, para que no entierres tu muerto.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο


Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

6 Óyenos, señor nuestro; eres un príncipe de Dios entre nosotros; en lo mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro, ni te impedirá que entierres tu muerta.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Nueva Traducción Viviente

6 usted es un príncipe de honor entre nosotros. Escoja la mejor de nuestras tumbas y entiérrela allí. Ninguno de nosotros se negará a ayudarle en ese sentido.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Escúchanos, señor: entre nosotros tú eres un príncipe de Dios. Sepulta a tu difunta en la mejor de nuestras sepulturas, pues ninguno de nosotros te negará una tumba para tu difunta.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

La Biblia Textual 3a Edicion

6 Óyenos, señor mío, tú eres en medio de nosotros un príncipe de ’Elohim. Sepulta a tu difunta en lo más escogido de nuestros sepulcros. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para sepultar a tu difunta.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 'Escucha, señor nuestro. Tú eres entre nosotros como un príncipe de Dios; sepulta, pues, a tu difunta en la mejor de nuestras sepulturas. Ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes en él a tu difunta'.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Escúchanos, señor mío, tú eres un príncipe poderoso entre nosotros; en el mejor de nuestros sepulcros sepulta a tu muerta; ninguno de nosotros te negará su sepulcro para que sepultes a tu muerta.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο




Génesis 23:6
19 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro.


Y como oyese Abram que su hermano había sido hecho cautivo, sacó sus siervos amaestrados, nacidos en su casa, trescientos diez y ocho, y persiguiólos hasta Dan.


Rióse pues Sara consigo misma, diciendo: ¿Después de envejecida he de tener placer, siendo viejo mi señor también?


Ahora pues, devuelve la mujer de este hombre; porque es profeta, y orará por ti, para que vivas; mas si no la devolvieres, sabe que de seguro morirás tú, y todo lo tuyo.


Y aconteció en aquel tiempo que Abimelec con Picol capitán de su ejército habló a Abraham, diciendo: Dios es contigo en todo lo que haces.


Y los hijos de Het respondieron a Abraham, diciéndole:


Entonces levantóse Abraham, e inclinóse ante el pueblo del país, ante los hijos de Het;


Y ella respondió: Bebe, señor mío: y dióse prisa a bajar el cántaro sobre su mano, y dióle de beber.


Y Jehová ha bendecido mucho a mi señor, de modo que él se ha engrandecido; porque le ha dado rebaños, y vacadas, y plata, y oro, y siervos, y siervas, y camellos y asnos.


Y ella dijo a su padre: No se enoje mi señor de que no pueda levantarme delante de ti; porque estoy con la costumbre de las mujeres. De suerte que él buscó, mas no halló los ídolos.


entonces le dirás: De tu siervo Jacob; un presente es, enviado a mi señor Esaú; y he aquí que él también viene tras de nosotros.


Y le respondieron: No, señor mío, sino que tus siervos han venido a comprar alimentos.


¿No es esta copa en la que bebe mi señor, y por medio de la cual él suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis.


He aquí, el dinero que hallamos en la boca de nuestros costales volvimos a traértelo desde la tierra de Canaán; ¿cómo pues habíamos de hurtar de casa de tu señor plata ni oro?


A lo cual respondió Aarón: No se encienda la ira de mi señor. Tú conoces a este pueblo, y sabes que es propenso al mal.


Así dice Jehová: El fruto de las labores de Egipto y el tráfico de Etiopía, y los Sabeos, hombres de tamaño colosal, pasarán a ti, y tuyos serán; ellos mismos caminarán en pos de ti; en cadenas pasarán; delante de ti se postrarán, y a ti suplicarán, diciendo: ¡Cierto que Dios está en medio de ti; y no hay otro, no hay más Dios que él!


A lo que ella respondió: ¡Halle yo gracia en tus ojos, señor mío! porque me has consolado, y porque has hablado cariñosamente a tu sierva; aunque yo no sea como una de estas tus siervas.


Ακολουθησε μας:

Διαφημίσεις


Διαφημίσεις