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Éxodo 7:17 - Biblia Version Moderna (1929)

17 Así dice Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: He aquí que con la vara que tengo en la mano voy a herir las aguas que están en el río, y se convertirán en sangre.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

17 Así ha dicho Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 por lo tanto, esto dice el Señor: ‘Te mostraré que yo soy el Señor’. ¡Mira! Con esta vara que tengo en la mano golpearé el agua del Nilo, y el río se convertirá en sangre.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Ahora, pues, Yavé dice: En esto conocerás que yo soy Yavé: voy a golpear el Nilo con mi bastón y las aguas se convertirán en sangre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Ahora dice YHVH: En esto conocerás que Yo soy YHVH: He aquí golpearé con la vara que tengo en la mano sobre las aguas que están en el Nilo, y se convertirán en sangre,°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pero he aquí lo que dice Yahveh: en esto conocerás que yo soy Yahveh. Con el cayado que tengo en mi mano golpearé las aguas del Nilo, y se convertirán en sangre.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

17 Así dice Jehová: En esto conocerás que yo soy Jehová: he aquí, yo golpearé con la vara que tengo en mi mano el agua que está en el río, y se convertirá en sangre.

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Éxodo 7:17
30 Σταυροειδείς Αναφορές  

Llegándose entonces el varón de Dios, dijo al rey de Israel: Así dice Jehová: Por cuanto dicen los Siros: Dios de la serranía es Jehová, mas no es Dios de los valles, por lo mismo entregaré toda esta inmensa multitud en tu mano; y conoceréis que yo soy Jehová.


Ahora pues, ¡oh Jehová, Dios nuestro, sálvanos, te lo ruego, de su mano; y conozcan todos los reinos de la tierra que tú eres Jehová Dios, y tú solo!


Volvió sus aguas en sangre, y mató sus peces.


y convirtió sus ríos en sangre, sus corrientes también, para que no bebiesen.


¡y conozcan todos que tú, cuyo nombre es JEHOVÁ, tú solo eres Altísimo sobre toda la tierra!


Jehová se ha hecho conocer en el juicio que ejecutó; en la obra de sus mismas manos fué enredado el inicuo. (Meditación. Pausa.)


Entonces mandó Faraón a todo su pueblo, diciendo: Todo hijo que naciere le echaréis al río; mas a toda hija guardaréis la vida.


y para que puedas contar en oídos de tu hijo, y del hijo de tu hijo, cómo yo hice maravillas en Egipto, y las señales que obré en él; a fin de que vosotros sepáis que yo soy Jehová.


Y será que si no quisieren creer tampoco a estas dos señales, y no escucharen tu voz, tomarás de las aguas del río, y las derramarás en tierra seca; y serán agua al tomarlas del río, mas vendrán a ser sangre en tierra seca.


Mas respondió Faraón: ¿Quién es Jehová, para que yo oiga su voz y deje ir a Israel? No conozco a Jehová, ni tampoco dejaré ir a Israel.


Y os tomaré por pueblo mío, y yo seré vuestro Dios; y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios, que os saco de bajo la opresión de los Egipcios.


E hicieron Moisés y Aarón como les había mandado Jehová; pues levantó Aarón la vara, e hirió las aguas que había en el río, a vista de Faraón y a vista de sus siervos; y se convirtieron todas las aguas del río en sangre.


Y conocerán los Egipcios que yo soy Jehová, cuando extienda mi mano sobre Egipto, y saque a los hijos de Israel de en medio de ellos.


Y haré en ellos venganzas grandes, con reprensiones furiosas; y conocerán los Filisteos que yo soy Jehová, cuando yo descargare mi venganza en ellos.


Y la tierra de Egipto será asolada y desierta; y conocerán los Egipcios que yo soy Jehová; por cuanto ella ha dicho: ¡El río es mío, y yo lo hice!


Así ejecutaré juicios en Egipto; y conocerán los Egipcios que yo soy Jehová.


Y conocerán que yo soy Jehová, cuando metiere fuego en Egipto, y fueren quebrantados todos sus ayudadores.


Cuando yo hiciere que sea la tierra de Egipto una desolación, y la tierra fuere destituída de todo cuanto hubiere en ella, cuando yo hiriere a todos los habitantes de la tierra, entonces conocerán que yo soy Jehová.


Y regaré de tu sangre la tierra donde yaces tendido, hasta las montañas; y los valles se henchirán de ti.


Y me haré glorificar, y me haré santificar, y seré conocido a los ojos de muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.


Y ellos conocerán que yo soy Jehová su Dios, el cual los hice llevar en cautiverio entre las naciones, mas los recojo otra vez en su propia tierra, sin dejar en adelante ninguno de ellos allí.


Por decreto de los veladores se acuerda esto, y por dicho de los seres santos es la demanda; a fin de que conozcan los vivientes que gobierna el Altísimo en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece, y a su arbitrio ensalza sobre él al más bajo de los hombres.


¡De entre los hombres te van a expulsar, y con las bestias del campo será tu morada, y te harán comer hierba como los bueyes, y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo gobierna en el reino de los hombres, y lo da a quien le parece!


Ahora pues yoNabucodonosor alabo, ensalzo y glorifico al Rey del cielo; porque todas sus obras son verdad, y sus caminos justicia, y a aquellos que andan con soberbia, él los puede abatir.


de entre los hombres fué expulsado, y su corazón se hizo semejante al de las bestias, y con los asnos monteses fué su morada; como a los bueyes le hicieron comer hierba, y con el rocío del cielo fué mojado su cuerpo, hasta tanto que conoció que el Altísimo Dios es el gobernador en el reino de los hombres, y que eleva sobre éa quien le parece.


Antes bien, contra el Señor del cielo te has ensalzado; de tal modo que han traído los vasos de su Casa delante de ti, y tú, y tus grandes, y tus mujeres, y tus concubinas estáis bebiendo en ellos; también a dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven ni oyen, y que nada saben, los has alabado; mas al Dios en cuya mano está tu aliento, y cuyos son todos tus caminos, no le has glorificado.


Éstos tienen la potestad de cerrar el cielo, para que no llueva durante los días que ellos profeticen; y tienen potestad sobre las aguas, para tornarlas en sangre, y para herir la tierra con toda suerte de plaga, todas las veces que ellos quieran.


¶Y el segundo ángel tocó la trompeta: y una como grande montaña, ardiendo en fuego, fué arrojada en el mar; y la tercera parte del mar se convirtió en sangre;


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