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Éxodo 4:8 - Biblia Version Moderna (1929)

8 Así será, continuó Dios diciendo, que si no te oyeren, ni dieren oídos a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera señal.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

8 Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 El Señor le dijo a Moisés: —Si no te creen ni se convencen con la primera señal milagrosa, se convencerán con la segunda.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Si no te creen -le dijo Yavé- y no los convence el primer prodigio, te creerán con el segundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Y sucederá que si no te creen, ni obedecen la advertencia de la primera señal, creerán la advertencia de la última señal.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 'Así, pues, si no te creen y no te escuchan en virtud del primer prodigio, se convencerán por el segundo.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Si aconteciere, que no te creyeren, ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.

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Éxodo 4:8
10 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y sucedió que como el rey de Israel leyese la carta, rasgó sus vestidos, diciendo: ¿Soy yo acaso Dios, que hace morir y que da vida, para que éste envíe a mí, a fin de que yo sane a un hombre de su lepra? Empero ruegoos tan sólo que consideréis y veáis cómo éste anda buscando pretextos contra mí.


porque él hace la llaga, y él la venda; él hiere, y sus manos sanan.


Y Moisés hizo presente a Aarón todas las palabras que Jehová le había enviado a decir, y todas las señales que le había mandado hacer.


En seguida le dijo: Vuelve a meter la mano en tu seno. Él pues volvió a meter la mano en su seno; y al sacarla, hela aquí vuelta como lo demás de su carne.


Y será que si no quisieren creer tampoco a estas dos señales, y no escucharen tu voz, tomarás de las aguas del río, y las derramarás en tierra seca; y serán agua al tomarlas del río, mas vendrán a ser sangre en tierra seca.


Porque es precepto sobre precepto, precepto sobre precepto, línea sobre línea, línea sobre línea, aquí un poco, allí otro poco.


Pues aunque había hecho tantos milagros delante de ellos, no creían en él;


Ved ahora que yo, yo solo soy, y no hay dioses conmigo; yo hago morir, y hago vivir, yo hiero, y yo curo; y no hay quien libre de mi mano.


Entonces él le dijo: Ruégote, si he hallado gracia en tus ojos, que me des una señal de que eres tú mismo quien hablas conmigo.


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