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Éxodo 17:11 - Biblia Version Moderna (1929)

11 Y aconteció que mientras Moisés tenía alzada la mano, vencía Israel; mas siempre que bajaba la mano, vencía Amalec.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Mientras Moisés sostenía en alto la vara en su mano, los israelitas vencían; pero, cuando él bajaba la mano, dominaban los amalecitas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Y sucedió que mientras Moisés tenía las manos arriba, se imponía Israel, pero cuando las bajaba, se imponían los amalecitas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Y sucedió que mientras Moisés tenía en alto sus brazos,° vencía Israel, pero cuando él bajaba sus brazos, vencía Amalec.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Y sucedía que, cuando Moisés levantaba su mano, Israel prevalecía; pero cuando la dejaba caer, vencía Amalec.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

11 Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec.

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Éxodo 17:11
8 Σταυροειδείς Αναφορές  

Porque no confiaré en mi arco, ni mi espada me salvará:


El día que yo clamare, entonces mismo serán vueltos atrás mis enemigos; esto lo sé, porque Dios es por mí.


E hizo Josué como le había dicho Moisés, y peleó contra Amalec. Entretanto Moisés y Aarón y Hur subieron a la cima del collado.


Pero las manos de Moisés se cansaron; por lo cual tomaron una piedra y se la pusieron debajo, sentándose él sobre ella, en tanto que Aarón y Hur le sostenían las manos, el uno de una parte y el otro de la otra; de esta suerte estuvieron firmes sus manos hasta ponerse el sol.


Y LES dijo una parábola sobre lo necesario que es orar siempre y no desalentarse;


¶Deseo pues que oren los hombres en todo lugar, alzando manos santas, sin ira ni disensión.


Confesad pues vuestros pecados los unos a los otros, y orad los unos por los otros, para que seáis sanados. Mucho puede la suplica ferviente del hombre justo.


Porque Josué no retrajo su mano que había extendido con la lanza, hasta que hubo destruído completamente a todos los habitantes de Hai.


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