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Ester 8:6 - Biblia Version Moderna (1929)

6 porque ¿cómo podré yo ver el mal que ha de sobrevenir a mi pueblo? ¿y cómo podré ver la destrucción de mi parentela?

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de mi nación?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Pues, ¿cómo podría soportar ver a mi pueblo y a mi familia ser masacrados y destruidos?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 ¿Cómo podría yo presenciar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podría presenciar la destrucción de mi raza?»

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Porque, ¿cómo podré yo ver el mal que alcanzará a mi pueblo? ¿Y cómo podré contemplar la destrucción de mi parentela?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Porque, ¿cómo podré yo contemplar la desgracia que va a caer sobre mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver el exterminio de mi raza?'.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 Porque ¿cómo podré yo ver el mal que vendrá sobre mi pueblo? ¿Y cómo podré yo ver la destrucción de mi gente?

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Ester 8:6
9 Σταυροειδείς Αναφορές  

Porque ¿cómo podré yo volver a mi padre, sin estar el mozo conmigo? No, no sea que yo vea el mal que ha de sobrevenir a mi padre.


Y dije al rey: ¡Viva el rey para siempre! ¿Por qué no ha de estar triste mi rostro, cuando la ciudad de los sepulcros de mis padres está desierta, y sus puertas quemadas a fuego?


¡Porque hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para que nos destruyan, y para que nos maten y nos exterminen! Que si para siervos y para siervas fuéramos vendidos, entonces hubiera yo callado; bien que el adversario no pudiera resarcir el perjuicio del rey.


EN el mes doce, es decir, el mes de Adar, al día trece del mismo, cuando tocó la ejecución de la orden del rey y su edicto, día en que esperaban los enemigos de los Judíos tener el dominio sobre ellos, sucedió todo lo contrario; porque tuvieron los judíos el dominio sobre los que los odiaban.


¡Mis entrañas! ¡mis entrañas! ¡me duelen las paredes de mi corazón; se conmueve mi corazón; no puede estarse quieto, por cuanto has oído, oh alma mía, el sonido de la trompeta y la alarma de guerra!


¡OH si fuera aguas mi cabeza, y mis ojos fuente de lágrimas; para que día y noche yo llorara por los muertos de la hija de mi pueblo!


HERMANOS, el deseo de mi corazón y mi súplica a Dios, a favor de ellos, es que sean salvos.


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