Esdras 9:13 - Biblia Version Moderna (1929)13 Y después de todo lo que nos ha sobrevenido, a causa de nuestras malas obras y de nuestro gran delito, visto que tú, oh Dios nuestro, nos has castigado menos de lo que nuestras iniquidades han merecido, y nos has dado salvamento como este, Δείτε το κεφάλαιοΠερισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 196013 Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro gran pecado, ya que tú, Dios nuestro, no nos has castigado de acuerdo con nuestras iniquidades, y nos diste un remanente como este, Δείτε το κεφάλαιοBiblia Nueva Traducción Viviente13 »Ahora somos castigados por nuestra perversión y nuestra gran culpa; pero en realidad, el castigo que recibimos es mucho menor de lo que merecemos, porque tú, Dios nuestro, has permitido que algunos de nosotros sobreviviéramos como un remanente. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Católica (Latinoamericana)13 Nos han ocurrido muchas desgracias debido a nuestras prácticas malvadas y a nuestro gran pecado; tú, sin embargo, Dios nuestro, no te has fijado más que en un poco de nuestras faltas y nos has dejado a los sobrevivientes que están aquí. Δείτε το κεφάλαιοLa Biblia Textual 3a Edicion13 Pero después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas obras y por nuestra gran culpa, viendo que Tú, Dios nuestro, nos has preservado, incluso bajo nuestra iniquidad,° y nos diste un remanente como éste, Δείτε το κεφάλαιοBiblia Serafín de Ausejo 197513 Y después de todo lo que nos ha sobrevenido por nuestras malas acciones y nuestras grandes culpas -y eso que tú, oh Dios nuestro, no nos has castigado según nuestra iniquidad, y aun nos has conservado un resto como éste-, Δείτε το κεφάλαιοBiblia Reina Valera Gómez (2023)13 Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro grande delito, ya que tú eres nuestro Dios, nos has castigado menos de lo que nuestras iniquidades merecieron, y nos has dado tan grande liberación: Δείτε το κεφάλαιο |
¶Ahora pues, oh Dios nuestro, el Dios grande, fuerte y temible, guardador del pacto y de la misericordia prometida, no te parezca poca cosa toda la aflicción que nos ha sobrevenido; es decir, a nuestros reyes, a nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, y a nuestros profetas, y a nuestros padres, y a todo nuestro pueblo, desde los días de los reyes de Asiria hasta este día.