Daniel 9:20 - Biblia Version Moderna (1929)20 ¶Y mientras yo estaba aún hablando, y orando, y confesando mi pecado, y el pecado de mi pueblo Israel; y mientras derramaba mis ruegos delante de Jehová mi Dios, por el santo monte de mi Dios, Δείτε το κεφάλαιοΠερισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 196020 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; Δείτε το κεφάλαιοBiblia Nueva Traducción Viviente20 Yo seguí orando y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo, rogándole al Señor mi Dios por Jerusalén, su monte santo. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Católica (Latinoamericana)20 A la hora de la ofrenda de la tarde estaba todavía hablando y orando, confesando mi pecado y el de mi pueblo Israel, suplicando a Yavé mi Dios por su santa montaña. Δείτε το κεφάλαιοLa Biblia Textual 3a Edicion20 Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de YHVH mi Dios por el monte santo de mi Dios, Δείτε το κεφάλαιοBiblia Serafín de Ausejo 197520 Estaba yo aún hablando, orando, confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentando mi súplica a Yahveh, mi Dios, por su santa montaña; Δείτε το κεφάλαιοBiblia Reina Valera Gómez (2023)20 Aún estaba yo hablando, y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y presentaba mi súplica delante de Jehová mi Dios por la montaña santa de mi Dios; Δείτε το κεφάλαιο |
sea atento, te lo ruego, tu oído, y estén abiertos tus ojos, para que escuches la oración que yo, siervo tuyo, hago ahora delante de ti, día y noche, por los hijos de Israel tus siervos, y mientras confieso los pecados de los hijos de Israel, que nosotros hemos cometido contra ti! pues que yo y la casa de mi padre hemos pecado.
¡Oh Señor, conforme a todas tus justicias, apártese, te ruego, tu ceño y tu ardiente indignación de sobre tu ciudad de Jerusalem, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados, y de las iniquidades de nuestros padres Jerusalem y tu pueblo han venido a ser el oprobio de todos los que están en derredor nuestro.