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Daniel 6:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 ¶Entonces Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara alta hacia Jerusalem, tres veces al día se hincaba de rodillas, y oraba y hacía confesión delante de su Dios, como antes acostumbraba hacerlo.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Sin embargo, cuando Daniel oyó que se había firmado la ley, fue a su casa y se arrodilló como de costumbre en la habitación de la planta alta, con las ventanas abiertas que se orientaban hacia Jerusalén. Oraba tres veces al día, tal como siempre lo había hecho, dando gracias a su Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Cuando Daniel supo que había sido firmado ese decreto, entró en su casa; su pieza estaba en el segundo piso y las ventanas daban a Jerusalén. Tres veces al día Daniel se ponía de rodillas, oraba y alababa a Dios como lo había hecho siempre.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Cuando Daniel supo que el edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara alta que daban hacia Jerusalem, se arrodillaba tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios, como antes acostumbraba hacerlo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Así, pues, el rey Darío firmó el documento con la prohibición.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

10 Y Daniel, cuando supo que la escritura estaba firmada, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su cámara que estaban hacia Jerusalén, se hincaba de rodillas tres veces al día, y oraba, y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.

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Daniel 6:10
47 Σταυροειδείς Αναφορές  

Oye pues la súplica de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oraren en este lugar: sí, oye tú desde el lugar de tu morada, el cielo; y cuando oyes, perdona.


entonces al hacerse cualquiera oración y cualquiera súplica por parte de cualquier hombre, o de todo tu pueblo Israel, cuando llegare a conocer cada cual la plaga de su mismo corazón, y extendieren sus manos hacia esta Casa,


¶Cuando saliere tu pueblo a campaña contra sus enemigos, doquiera que tú los enviares, y oraren a Jehová, mirando hacia la ciudad que tú has escogido, y la Casa que yo he edificado a tu Nombre,


¶Y aconteció que como acabase Salomón de ofrecer a Jehová toda esta oración y esta súplica, se levantó de delante del altar de Jehová, de estar postrado de rodillas, con sus manos extendidas hacia el cielo;


(porque había hecho Salomón un estrado de bronce, que tenía cinco codos de largo, y cinco codos de ancho, y tres codos de alto; y lo había colocado en medio del atrio, y se había puesto sobre él; e hincándose de rodillas frente a toda la Asamblea de Israel, extendió sus manos hacia el cielo);


y se volvieren a ti con todo su corazón, y con toda su alma en la tierra de su cautiverio, adonde los hubieren llevado cautivos, y oraren, mirando hacia la tierra que diste a sus padres, y hacia la ciudad que has escogido, y hacia la Casa que he edificado a tu Nombre,


Y al tiempo del sacrificio de la tarde, me levanté de mi aflicción, y rasgados mis vestidos y mi manto, caí sobre mis rodillas, y extendiendo mis manos hacia Jehová mi Dios,


A lo cual yo respondí: ¿Debe huir un hombre como yo? ¿Y quién hay que siendo como yo, entraría en el Templo para salvar su vida? ¡No entraré!


BENDECIRÉ a Jehová en todo tiempo; su alabanza estará de continuo en mi boca.


Mas yo, en la abundancia de tu misericordia entraré en tu Casa; adoraré hacia tu santo Templo en tu temor.


Tarde, y mañana, y al mediodía meditaré, y clamaré; y él oirá mi voz.


¡Ten misericordia de mí, oh Señor; porque a ti clamo todo el día!


¡Venid, postrémonos, y encorvémonos; arrodillémonos ante Jehová nuestro Hacedor!


Ellos entonces respondieron y dijeron delante del rey: Aquel Daniel que es de los hijos de la cautividad de Judá, no hace caso de ti, oh rey, ni del entredicho que has firmado, sino que hace su petición tres veces al día.


Oré pues a Jehová mi Dios, e hice confesión, diciendo: ¶¡Ah! Yo te ruego, ¡oh Señor, Dios grande y temible, guardador del.pacto y de la misericordia prometida, para con los que te aman y guardan tus mandamientos!


Yo pues dije: ¡Desechado soy de delante de tu presencia! no obstante volveré a mirar hacia tu santo Templo.


Él entonces dijo al hombre que tenía la mano seca: Ponte de pie en medio.


Si alguno viene a mí, y no odia a su padre, y madre, y mujer, e hijos, y hermanos, y hermanas, y a su misma vida también, no puede ser mi discípulo.


Y él se apartó de ellos como un tiro de piedra; y puesto de rodillas, oraba,


¶Y al otro día, prosiguiendo ellos su camino, y acercándose ya a la ciudad, subió Pedro a la azotea, para orar, cerca de la hora de sexta.


Porque éstos no están ebrios, como vosotros pensáis, puesto que es tan solo la hora tercia del día;


Pero ninguna de estas cosas me mueve, ni tengo a mi misma vida por cosa que me sea cara, con tal que acabe mi carrera con gozo, y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para testificar el evangelio de la gracia de Dios.


¶Y habiendo hablado así, se puso de rodillas, y oró con todos ellos.


Y cuando fueron así cumplidos aquellos siete días, partiendo, nos pusimos en camino, acompañándonos todos ellos, con sus mujeres e hijos, hasta fuera de la ciudad; y puestos de rodillas en la ribera, oramos,


PEDRO y Juan subían un día al Templo, a la hora de la oración, que era la de nona.


¡Ahora pues, Señor, mira las amenazas de ellos; y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra,


Andad, y puestos en pie en el Templo, hablad al pueblo todas las palabras de esta vida.


Mas Pedro y los otros apóstoles les respondieron, diciendo: ¡Es menester obedecer a Dios más bien que a los hombres!


Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: ¡Señor, no les imputes este pecado! Y cuando hubo dicho esto, durmió.


Mas Pedro, habiéndolas hecho salir a todas, se puso de rodillas y oró; luego, volviéndose hacia el cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos; y viendo a Pedro, se incorporó.


¶Por esta causa, doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo,


y los más de los hermanos, cobrando ánimo con mis prisiones, tienen mayor denuedo para hablar la palabra sin temor.


según mi ardiente expectación y mi esperanza, que en nada seré avergonzado; sino que, portándome con todo denuedo, como siempre, así ahora también, Cristo sea engrandecido en mi cuerpo, sea por medio de la vida, sea por medio de la muerte.


No os afanéis por cosa alguna, sino que, en todas las circunstancias, por medio de la oración y la plegaria, con acciones de gracias, dense a conocer vuestras peticiones a Dios:


Y todo cuanto hiciereis, en palabra o en obra, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.


Por medio de él, pues, presentemos a Dios de continuo, sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de labios que confiesan su nombre.


Lleguémonos pues confiadamente al trono de la gracia, para que alcancemos misericordia y hallemos gracia para ayudarnos en tiempo oportuno.


No temas las cosas que vas a sufrir. He aquí, el diablo va a echar a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados; y tendréis una tribulación de diez días.  Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida.


Yo conozco tus obras, y donde tú habitas, es a saber, donde está el trono de Satanás: y sin embargo tú mantienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas, mi fiel testigo, fué muerto entre vosotros, donde Satanás habita.


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