Biblia Todo Logo
Διαδικτυακή Βίβλος
- Διαφημίσεις -





Apocalipsis 22:14 - Biblia Version Moderna (1929)

14 Bienaventurados aquellos que lavan sus ropas, para que tengan derecho de llegar al árbol de la vida, y que puedan entrar por las puertas en la ciudad.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο


Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Benditos son los que lavan sus ropas. A ellos se les permitirá entrar por las puertas de la ciudad y comer del fruto del árbol de la vida.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Católica (Latinoamericana)

14 Felices los que lavan sus ropas, porque así tendrán acceso al árbol de la vida y se les abrirán las puertas de la ciudad.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

La Biblia Textual 3a Edicion

14 Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho° al árbol de la vida,° y entrar en la ciudad por las puertas.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 Dichosos los que lavan sus túnicas; así dispondrán del árbol de la vida y podrán entrar por las puertas de la ciudad.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad.

Δείτε το κεφάλαιο αντίγραφο




Apocalipsis 22:14
31 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y Jehová Dios había hecho nacer del suelo toda suerte de árboles gratos a la vista y buenos para comer, y el árbol de vida que estaba en medio del jardín, y el árbol del conocimiento de bien y del mal.


Y dijo Jehová Dios: He aquí que el hombre ha venido a ser como uno de nosotros, conociendo el bien y el mal; ahora pues, no sea que extienda la mano y tome también del árbol de la vida, y coma y viva para siempre:


¡ALELUYA! ¡Dichoso el hombre que teme a Jehová, que se deleita mucho en sus mandamientos!


Ésta es la puerta de Jehová; los justos entrarán por ella.


Y Jehová dijo a Moisés: Vuelve al pueblo y santifícalos hoy y mañana; y laven ellos sus vestidos;


¡Bienaventurado aquel que espere, y alcance a mil trescientos treinta y cinco días!


¶Jesús, por tanto, les dijo otra vez: En verdad, en verdad os digo: Yo soy la puerta de las ovejas.


Yo soy la puerta: por mí si alguno entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos.


Si me amáis, guardaréis mis mandamientos;


Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.


¿Acaso tú eres mayor que nuestro padre Jacob, que nos dió el pozo; del cual bebió él mismo, y sus hijos, y sus ganados?


La circuncisión no es nada, y la incircuncisión no es nada; mas lo que vale es la guarda de los mandamientos de Dios.


Pero cuidaos, no sea que de algún modo esta libertad vuestra venga a servir de tropiezo para los débiles.


¿No tenemos derecho de llevar en derredor con nosotros a una hermana, mujer propia, como los demás apóstoles, y los hermanos del Señor, y Cefas?


Pues que en Cristo Jesús, ni la circuncisión vale algo, ni tampoco la incircuncisión, sino la fe que obra por medio del amor.


Y todo aquel que tiene esta esperanza puesta en él, se purifica, así como él es puro.


Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.


Quien tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del Paraíso de Dios.


Tenía un muro grande y alto, y tenía doce puertas, y en las puertas doce ángeles; y había nombres escritos en ellas, que son los nombres de las doce tribus de Israel.


Y no entrará jamás en ella ninguna cosa inmunda, ni quien haga abominación, o diga mentira; sino solamente aquellos que están escritos en el libro de la vida del Cordero.


Y de una y de otra parte del río, había el árbol de la vida, que lleva doce géneros de frutos, dando su fruto cada mes; y las hojas del árbol son para la sanidad de las naciones.


He aquí, yo vengo presto. Bienaventurado aquel que guarda las palabras de la profecía de este libro.


Y yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Éstos son los que salen de la grande tribulación, y lavaron sus ropas, y las emblanquecieron en la sangre del Cordero.


Ακολουθησε μας:

Διαφημίσεις


Διαφημίσεις