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Amós 9:1 - Biblia Version Moderna (1929)

1 VÍ al Señor que estaba de pie junto al altar; y dijo: ¡Hiere al capitel, de modo que sean sacudidos los umbrales de la Casa; y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos los que allí adoran! y a los postreros de ellos yo los mataré a espada. Aquel de ellos que se fugare, no huirá del peligro, y el que de entre ellos escapare, no será librado.

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Biblia Reina Valera 1960

1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien huya, ni quien escape.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Entonces vi una visión del Señor, quien estaba de pie junto al altar, y dijo: «Golpea la parte superior de las columnas del templo para que los cimientos se sacudan. Derriba el techo sobre las cabezas de la gente. Mataré a espada a los que sobrevivan. ¡Nadie escapará!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vi al Señor, de pie junto al altar, que decía: 'Rompe las columnas para que se hunda el techo y les parta a todos la cabeza; y si alguno llega a salvarse, lo mataré a espada; pues ninguno de ellos podrá huir, no escapará nadie con vida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Vi a Adonay de pie junto al altar, y dijo: Golpea los capiteles para que se estremezcan los pilares; Hazlos pedazos sobre la cabeza de todos, Y Yo haré que mueran los que queden de ellos, Para que nadie logre escapar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Vi a Yahveh, de pie junto al altar, que decía: '¡Rompe el capitel y que se desplomen los dinteles! Les cortaré a todos ellos la cabeza y a los que queden los mataré a espada; ninguno de ellos podrá huir, ni un solo evadido se podrá salvar.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Hiere el umbral, y estremézcanse las puertas: y córtales en piezas la cabeza de todos; y el postrero de ellos mataré a espada; no habrá de ellos quien se fugue, ni quien escape.

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Amós 9:1
28 Σταυροειδείς Αναφορές  

Con lo cual dijo Micaya: Por lo mismo, oíd el oráculo de Jehová: Yo veía a Jehová sentado sobre su trono, y a todos los ejércitos celestiales que estaban a su derecha y a su izquierda.


Ciertamente Dios quebrantará la cabeza de sus enemigos, y la mollera cabelluda de aquel que sigue andando en sus pecados.


El Señor dijo: Del Basán harélos volver; harélos volver de las honduras del mar;


Antes habéis dicho: No, pues que a caballo huiremos; por tanto tendréis que huir: y, sobre veloces corceles cabalgaremos; por tanto serán veloces los que os persiguen.


EN el año que murió el rey Uzías, yo ví al Señor sentado sobre un trono alto y excelso; y las faldas de su ropa llenaban el Templo.


Por tanto así dice Jehová: He aquí que traigo sobre ellos un mal del cual no podrán evadirse; y clamarán a mí, pero no les escucharé.


entonces sucederá que la espada que teméis os alcanzará allí en Egipto, y el hambre de que os receláis os perseguirá allí en Egipto, y allí moriréis.


El que huye del espanto caerá en el hoyo, y el que subiere del hoyo quedará preso en el lazo; porque traeré sobre él, es decir, sobre Moab, el año de su visitación, dice Jehová.


Como la apariencia del arco que suele haber en la nube en un día de lluvia, así era la apariencia de la refulgencia al rededor de él. Tal fué la apariencia de la semejanza de la gloria de Jehová. Y cuando la ví, caí sobre mi rostro, y oí una voz que hablaba.


Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del querubín, y se paró encima del umbral de la Casa; y llenóse la Casa de la nube, y el atrio fué lleno del resplandor de la gloria de Jehová.


Porque he puesto mi rostro contra ellos: de un fuego acaban de salir, y otro fuego los consumirá; y conoceréis que yo soy Jehová cuando ponga mi rostro contra ellos.


En efecto, he aquí seis varones, que venían por el camino de la puerta superior, que mira hacia el norte; y cada uno traía en su mano su hacha de armas; y había en medio de ellos un varón vestido de lino blanco, con un tintero de escribano ceñido a sus lomos; los cuales entraron y se pusieron de pie al lado del altar de bronce.


Porque en el día que yo castigare las transgresiones de Israel, castigaré también los altares de Bet-el; y los cuernos del altar serán cortados, y caerán a tierra.


Por tanto, así dice Jehová: Tu mujer será ramera en esta ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada, y tus terrenos serán repartidos a con cordel; y tú mismo morirás en una tierra inmunda; e Israel será indudablemente llevado en cautiverio fuera de su país.


Y serán asolados los altos de Isaac, y los santuarios de Israel serán demolidos; y con la espada yo me levantaré contra la casa de Jeroboam.


sales para la salvación de tu pueblo, para la salvación de tu ungido; magullas la cabeza de la casa de los inicuos, descubriendo el cimiento de arriba a abajo. (Pausa.)


Y sucederá en aquel tiempo que yo registraré a Jerusalem con lámparas, y castigaré a los hombres que, como vino, están asentados sobre sus heces; los cuales dicen en su corazón: ¡Jehová no hará bien, ni tampoco hará mal!


De suerte que sestearán y se echarán en medio de ella los rebaños, y todas las tribus de las bestias monteses: así él pelícano como el erizo posarán en medio de sus capiteles rotos; la voz del ave cantará en las ventanas; la desolación estará en los umbrales: porque se ha desnudado el maderaje de cedro.


A Dios nadie jamás le ha visto: el Hijo unigénito, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.


Y Juan dió testimonio, diciendo: Yo he visto al Espíritu que descendió como paloma desde el cielo; y permaneció sobre él.


al mediodía, ¡oh rey¡ ví en el camino una luz que venía del cielo, más resplandeciente que el sol, brillando en derredor de mí y de los que iban caminando conmigo.


Y dijo Josué: Haced rodar grandes piedras a la boca de la cueva, y colocad hombres junto a ella, que guarden a los reyes;


Y cuando le ví, caí ante sus pies como muerto; y él puso su diestra sobre mí, diciendo: No temas; yo soy el Primero y el Postrero:


Y otro ángel vino y se puso junto al altar, teniendo en su mano un incensario de oro; y le fué dado mucho incienso, para que lo añadiese a las oraciones de todos los santos, encima del altar de oro que estaba delante del trono.


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