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Amós 4:10 - Biblia Version Moderna (1929)

10 He enviado contra vosotros la peste a manera de la de Egipto; he matado a vuestros jóvenes con la espada, juntamente con vuestros caballos apresados; e hice que el hedor de vuestros campamentos subiese en vuestras narices: mas no os habéis convertido a mí, dice Jehová.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos, e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 «Les mandé plagas como las que envié sobre Egipto hace tiempo. ¡Maté a sus jóvenes en la guerra y llevé lejos a todos sus caballos! ¡El hedor de la muerte llenó el aire!, pero aun así, ustedes no se volvieron a mí», dice el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Desencadené sobre ustedes una peste parecida a la de Egipto; masacré por la espada a sus jóvenes y se llevaron a todos sus caballos; hice que subiera hasta sus narices la hediondez de sus muertos en combate. Y ustedes, sin embargo, no volvieron a mí, palabra de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Os envié la peste que envié sobre los egipcios,° Maté a espada a vuestros jóvenes junto con lo mejor de vuestra caballería,° E hice que el hedor de vuestro campamento Subiera a vuestras propias narices,° Pero no os volvisteis a mí, dice YHVH.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Envié contra vosotros una peste como la peste de Egipto; maté con la espada a vuestros jóvenes y vuestros caballos eran capturados; hice subir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos. Pero no habéis vuelto a mí -oráculo de Yahveh-.

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Amós 4:10
42 Σταυροειδείς Αναφορές  

¶En aquellos días comenzó Jehová a destrozar a Israel; pues que los hirió Hazael en todas las comarcas de Israel,


Con lo cual se encendió la ira de Jehová contra Israel, y los entregó seguidamente en mano de Hazael rey de Siria, y en mano de Ben-hadad hijo de Hazael.


porque Hazael no había dejado a Joacaz más gente que cincuenta de a caballo, con diez carros de guerra, y diez mil hombres de a pie: pues que los había destruído el rey de Siria, y los había puesto como el polvo cuando se trilla.


Por lo cual le dijo Hazael: ¿Por qué llora mi señor? Y él respondió: Porque yo sé el mal que tú vas a hacer a los hijos de Israel: sus plazas fuertes entregarás a las llamas, y sus mancebos matarás a cuchillo, y estrellarás sus pequeñitos, y rajarás sus mujeres preñadas.


Mas Jehová endureció el corazón de Faraón, de modo que no quiso dejarlos ir;


¶Por lo cual entraron Moisés y Aarón a donde estaba Faraón, y le dijeron: Así dice Jehová, el Dios de los Hebreos: ¿Hasta cuándo rehusarás humillarte delante de mí?  Deja ir a mi pueblo, para que ellos me sirvan.


Y yo endureceré el corazón de Faraón, de manera que los persiga; y me glorificaré en Faraón y en todo su ejército: y sabrán los Egipcios que yo soy Jehová. Y ellos lo hicieron así.


y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo que es recto a sus ojos, y prestares oídos a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, entonces no enviaré sobre ti ninguna enfermedad de las que envié sobre los Egipcios; porque yo soy Jehová tu Sanador.


Entonces dijeron los magos a Faraón: Dedo de Dios es éste. Mas endurecióse el corazón de Faraón, y no les escuchó; como lo había dicho Jehová.


Mas Jehová endureció el corazón de Faraón, de modo que no les escuchó: como Jehová lo había dicho a Moisés.


¿Te ensoberbeces todavía contra mi pueblo para no dejarle ir?


Y sus muertos serán desechados; y el hedor de sus cadáveres subirá; se desleirán las montañas con su sangre.


¡Mas he aquí, todos vosotros que encendéis fuego, que os cercáis de teas encendidas! ¡andad a la luz de vuestro fuego, y de las teas que habéis encendido! de mi mano recibiréis esto: ¡yaceréis entre dolores!


los Sirios por delante, y los Filisteos a las espaldas: los cuales devorarán a Israel a boca llena. ¡Con todo esto no se aparta su ira sino que su mano está aún extendida!


Pero el pueblo no se vuelve al que le hiere, ni buscan a Jehová de los Ejércitos.


Por tanto el Señor no se regocijará en sus mancebos, ni tendrá compasión de sus huérfanos y de sus viudas; porque cada uno de ellos es un impío y un malhechor, y cada boca habla insensatez. ¡Con todo esto no se aparta su ira, sino que su mano está aún extendida!


Por tanto, así dice Jehová de los Ejércitos: He aquí que yo visitaré esto sobre ellos; los mancebos morirán a espada, y sus hijos y sus hijas morirán de hambre;


Y señalaré sobre ellos cuatro linajes de azotes, dice Jehová: La espada para matar, y los perros para arrastrar, y las aves del cielo y las bestias de la tierra para devorar y para destruir.


De muertes dolorosas morirán; no serán llorados, ni serán sepultados: serán como estiércol sobre la haz del campo; porque serán consumidos con la espada y con el hambre; y sus cadáveres servirán de pasto para las aves del cielo y para las bestias de la tierra.


¡Por tanto abandona sus hijos al hambre, y a ellos mismos entrégalos al poder de la espada; y sus mujeres también queden sin hijos, y viudas; y mueran sus maridos de peste, y caigan a cuchillo sus mancebos en batalla!


Asolado está Moab, y sus ciudades han subido en humo, y los más escogidos de sus mancebos ya descendieron al degolladero, dice el Rey, cuyo nombre es Jehová de los Ejércitos.


Por eso sus jóvenes caerán por sus calles, y todos sus hombres de guerra serán reducidos a silencio en aquel día, dice Jehová de los Ejércitos;


¡Oh Jehová! ¿no están tus ojos dirigidos hacia la verdad? tú los castigaste, mas no se dolieron; los consumiste, mas se negaron a recibir la corrección; han hecho sus rostros más duros que la roca; rehusan volverse a ti.


Por tanto estoy lleno de la indignación de Jehová; ya cansado estoy de refrenarme: la he de derramar sobre los niños en la calle, y asimismo sobre la reunión de los mancebos: pues hasta el marido y la mujer serán presos, el anciano y aquel que está lleno de días.


Diles: Así dice Jehová: Los cadáveres de hombres caerán como estiércol sobre la haz del campo, y como el manojo tras el segador, que ninguno recoje.


Israel no había de volver a la tierra de Egipto; mas ahora el Asirio será su rey, porque rehusan volver a mí.


Y alejaré de vosotros aquel enemigo que viene del norte, y le echaré a una tierra seca y desolada; su vanguardia en el Mar de Oriente, y su retaguardia en el Mar de Occidente; y subirá su hedor, y su fetidez subirá; aunque ha hecho cosas grandes.


yo también haré esto con vosotros: Traeré sobre vosotros el terror, la tisis y la calentura, que os consuman los ojos y os hagan desfallecer el alma: y sembraréis en balde vuestra semilla, porque el fruto se lo comerán vuestros enemigos.


Y traeré sobre vosotros la espada que ejecute la venganza de mi pacto quebrantado; y os recogeréis dentro de vuestras ciudades; mas enviaré la peste en medio de vosotros; y seréis entregados en mano de vuestros enemigos.


Y también os he dado limpieza de dientes en todas vuestras ciudades, y falta de pan en todos vuestros lugares: mas no os habéis convertido a mí, dice Jehová.


Y las canciones del palacio se convertirán en aullidos en aquel día, dice Jehová el Señor: serán muchos los cadáveres; en todo lugar los echarán fuera con silencio.


Os herí de tizón y de añublo y de pedrisco, en todas las labores de vuestras manos; pero ninguno de entre vosotros se convirtió a mí, dice Jehová.


Hará Jehová que se te pegue la peste, hasta acabar contigo de sobre la tierra adonde vas para poseerla.


Te herirá Jehová de tisis, y de calentura, y de ardor, y de fiebre; y de sequía, y de tizón, y de añublo; y éstos te perseguirán hasta que perezcas.


Y volverá a traer sobre ti todas las dolencias de Egipto, de que una vez temiste, y ellas se te pegarán.


Y apartará Jehová de ti toda dolencia, y todas las enfermedades malignas de Egipto, que tú conoces; no las pondrá sobre ti, sino que las cargará sobre todos tus enemigos.


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