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2 Reyes 6:5 - Biblia Version Moderna (1929)

5 Pero aconteció que mientras uno de ellos cortaba un árbol, el hierro se le cayó al agua; y él clamó, diciendo: ¡Ay, señor mío, y era cosa prestada!

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

5 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hacha en el agua; y gritó diciendo: ¡Ah, señor mío, era prestada!

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 pero mientras uno de ellos cortaba un árbol, la cabeza de su hacha cayó al río. —¡Ay, señor! —gritó—. ¡Era un hacha prestada!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Mientras uno de ellos cortaba un tronco, cayó el hacha al agua. Se puso a gritar: '¡Ay de mí, mi señor, esa era un hacha que me habían prestado!'

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y aconteció que mientras uno derribaba un árbol, se le cayó el hierro° al agua; y gritó diciendo: ¡Ay, señor mío! ¡Era prestado!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Y sucedió que, mientras uno cortaba un tronco, se le cayó al agua el hierro del hacha y comenzó a gritar: '¡Ay, señor mío, que el hacha era prestada!'.

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2 Reyes 6:5
12 Σταυροειδείς Αναφορές  

Entonces dijo el rey de Israel: ¡Ay de nosotros! porque Jehová ha convocado a estos tres reyes para entregarlos en mano de Moab!


Luego ella fué, y se lo dijo al varón de Dios. Y él respondió: Vé, vende el aceite, y paga tus deudas; y tú y tus hijos viviréis de lo sobrante.


Y cuando se levantó muy de mañana el criado del varón de Dios, y hubo salido fuera, he aquí el ejército que cercaba la ciudad en derredor, con los caballos y los carros. Entonces le dijo su criado: ¡Ay, señor mío! ¿qué hemos de hacer?


Fuése pues con ellos; y llegado que hubieron al Jordán, cortaron la madera.


Y dijo el varón de Dios: ¿A dónde cayó? Y habiéndosele enseñado el lugar, cortó un palo, y lo echó allí; y nadó el hierro.


El hombre malo toma prestado, y no paga; pero el justo tiene misericordia, y da:


Si el hierro estuviere embotado, y el dueño no amolare el filo, entonces habrá que emplear más fuerza: pero la sabiduría es provechosa para dirigir.


Y talará las espesuras del bosque con hierro; y este Líbano por mano de un poderoso caerá.


estando ellos a lo lejos, por temor de su tormento, diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad de Babilonia, de aquella ciudad poderosa; porque en una sola hora ha venido tu juicio!


diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, que iba vestida de lino fino blanco y de púrpura, y de escarlata, y adornada de oro, y de piedras preciosas, y de perlas;


Y arrojaban polvo sobre sus cabezas, y daban alaridos, llorando y lamentándose, diciendo: ¡Ay, ay de aquella gran ciudad, en la cual se enriquecieron todos los que tenían naves en el mar, a causa de sus preciosidades; porque en una sola hora ha sido desolada!


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