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1 Samuel 25:24 - Biblia Version Moderna (1929)

24 Y, caída a sus pies, dijo: ¡Sobre mí, sobre mí, señor mío, sea esta iniquidad! Permite, te lo ruego, que hable tu sierva en tus oídos, en tanto que escuches las palabras de tu sierva.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

24 y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

24 Cayó a sus pies y le dijo: —Toda la culpa es mía en este asunto, mi señor. Por favor, escuche lo que tengo que decir.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

24 Agachada a sus pies le dijo: 'Señor, perdona mi audacia. Permítele a tu sirvienta decir una palabra; escucha las palabras de tu sirvienta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

24 y echándose a sus pies, dijo: ¡Señor mío, recaiga sobre mí la iniquidad! ¡Permite que tu sierva hable a tus oídos, y oye las palabras de tu sierva!

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

24 Luego, echándose a sus pies, exclamó: '¡Que la culpa, oh señor, caiga sobre mí! Pero permite que tu sierva hable en tu presencia y dígnate escuchar las palabras de tu sierva.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

24 Y se echó a sus pies, y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado; mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y oye las palabras de tu sierva.

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1 Samuel 25:24
15 Σταυροειδείς Αναφορές  

Entonces Judá se llegó a él, y dijo: Óyeme, señor mío: ruégote que hable tu siervo una palabra en oídos de mi señor, y no se encienda tu ira contra tu siervo; porque tú eres como Faraón mismo.


Con lo cual dijo la mujer: Sea permitido que hable tu sierva a mi señor el rey siquiera una palabra. Y dijo el rey: Habla.


Entonces la mujer de Tecoa respondió al rey: ¡Sobre mí, señor mío, oh rey, sea la iniquidad, y sobre la casa de mi padre; mas el rey y su trono sean sin culpa!


Y habiéndosele acercado éste, le preguntó la mujer: ¿Eres tú Joab? Y él contestó: Sí, soy. Entonces ella le dijo: Oye las razones de tu sierva. A lo que dijo él: Escuchando estoy.


Entonces ella entró dentro, y cayó a sus pies, postrándose en tierra; luego alzó a su hijo y salió.


¶De nuevo Ester volvió a hablar delante del rey, y cayó ante sus pies llorando, y rogándole que frustrara la malicia de Hamán agagueo, y su designio que había tramado contra los Judíos.


Por medio de la longanimidad el príncipe se deja persuadir; y la lengua blanda rompe el hueso.


Si la ira del príncipe se levantare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre calma la irritación de grandes ofensas.


Por tanto su consiervo, cayendo en tierra,le rogaba, diciendo: ¡Ten paciencia conmigo, y te lo pagare!


¶Después de esto levantóse también David, y saliendo de la cueva, dió voces trás Saúl, diciendo: ¡Señor mío, oh rey ! Y mirando Saúl trás de sí, David inclinó la cabeza, rostro por tierra, y le hizo reverencia.


Y cuando Abigail vió a David, dióse prisa para bajar de su asno, y cayó delante de David, sobre su cara, postrándose a tierra.


Ruégote que mi señor no haga caso de Nabal, ese hombre de Belial porque conforme a su nombre así es. Insensato es su nombre, y la insensatez esta con él: mas yo tu sierva no ví a los mozos de mi señor, que tú enviaste.


Perdona, yo te ruego, la transgresión de tu sierva; que a buen seguro va a hacer Jehová para mi señor una casa duradera; porque las batallas de Jehová las pelea mi señor, y la iniquidad nunca se hallará en ti en todos tus días.


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