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1 Reyes 18:2 - Biblia Version Moderna (1929)

2 Partió pues Elías para mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

2 Fue, pues, Elías a mostrarse a Acab. Y el hambre era grave en Samaria.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Entonces Elías fue a ver al rey Acab. Mientras tanto, el hambre se hizo muy intensa en Samaria.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Partió pues Elías para presentarse ante Ajab. El hambre era terrible en Samaría.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y fue Elías a presentarse ante Acab. Y la hambruna era aguda en Samaria.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Fue, pues, Elías a presentarse a Ajab. El hambre arreciaba en Samaría.

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1 Reyes 18:2
16 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y SUCEDIÓ que pasados ya muchos días, en el año tercero tuvo Elías revelación de Jehová, que decía: Anda, muéstrate a Acab, porque voy a dar lluvia sobre la tierra.


Llamó entonces Acab a Abdías, que era mayordomo de palacio; (el cual Abdías era en gran manera temeroso de Jehová;


Pues por esto, así dice Jehová: Decidle: De la cama adonde has subido, no descenderás, sino que de seguro morirás. Luego se fué Elías.


Y el hambre vino a ser gravísima en Samaria; porque he aquí que la sitiaron hasta que se vendía una cabeza de asno en ochenta siclos de plata, y la cuarta parte de un cabo del garbanzo estiércol de paloma, en cinco siclos de plata.


¡JEHOVÁ es mi luz y mi salvación! ¿de quién temeré? ¡Jehová es la fortaleza de mi vida! ¿de quién me espantaré?


Contra ti, contra ti solo, he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; lo confieso, a fin de que seas justo en tu sentencia, y exento de culpa en tu juicio.


Todos los días mis enemigos tuercen mis palabras; contra mí están todos sus pensamientos para mal.


HUYEN los inicuos sin que nadie los persiga;  pero los justos son intrépidos como el león.


Yo, yo soy el que os consuela; ¿quién eres tú, para que temas del hombre que ha de morir, y del hijo de Adam que debe reputarse como hierba;


Si salgo al campo, ¡he aquí los muertos a cuchillo! y si entro en la ciudad, ¡he aquí los enfermos a causa del hambre! pues ya tanto el profeta como el sacerdote andan en torno de la tierra, sin saber a dónde van.


y se gastará inútilmente vuestro esfuerzo; pues no dará vuestra tierra su producto, ni el árbol del campo dará su fruto.


Cuando yo os hubiere quebrado el báculo del pan, diez mujeres cocerán vuestro pan en un solo horno, y os devolverán vuestro pan por peso; y comeréis, mas no os saciaréis.


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