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1 Corintios 4:1 - Biblia Version Moderna (1929)

1 ASÍ considérenos cada uno como ministros de Cristo y administradores de los misterios de Dios.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

1 Así, pues, téngannos los hombres por servidores de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 Así que, a Apolos y a mí, considérennos como simples siervos de Cristo, a quienes se nos encargó la tarea de explicar los misterios de Dios.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Vean, pues, en nosotros a servidores de Cristo y a administradores de las obras misteriosas de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Así, considérenos todo hombre como servidores del Mesías y administradores de los misterios de Dios.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Que los hombres sólo vean en nosotros servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

1 Téngannos los hombres por ministros de Cristo, y administradores de los misterios de Dios.

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1 Corintios 4:1
29 Σταυροειδείς Αναφορές  

Y él respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os ha sido dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les ha sido dado.


¿Quién, pues, es el siervo fiel y prudente, a quien su señor ha puesto sobre su familia, para darles el alimento a su tiempo?


Y él les dijo: A vosotros os es dado saber el misterio del reino de Dios; mas a los de afuera se les trata todo en parábolas;


según nos las entregaron aquellos que desde el principio fueron testigos de vista y ministros de la palabra,


Y el Señor dijo: ¿Quién es pues el mayordomo fiel y prudente, a quien su señor pondrá sobre su familia, para darles la ración a su tiempo?


Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; mas a los otros les hablo por parábolas; para que viendo no vean, y oyendo no entiendan.


¶Porque no quiero que seáis ignorantes, hermanos, de este misterio (para que no seáis sabios en vuestro propio concepto), que endurecimiento parcial ha acontecido a Israel hasta tanto que la plenitud de los gentiles haya entrado:


¶Y al que es poderoso para haceros estables, según mi evangelio y la predicación de Jesucristo, conforme a la revelación del misterio que por tiempos eternos fué guardado en silencio,


mas hablamos la sabiduría de Dios en misterio; es decir, sabiduría que ha estado encubierta, la cual predestinó Dios, antes de los siglos, para gloria nuestra;


¿Qué pues es Pablo, y qué Apolos, sino ministros por medio de quienes creísteis; y eso según el Señor le ha dado a cada cual?


siendo infamados, rogamos: hemos venido a ser como el desecho del mundo, y la escoria de todas las cosas, hasta el día de hoy.


Aquí, además, se requiere en los administradores que sea uno fiel.


¿Son ministros de Cristo? (Hablo como quien ha perdido el juicio). Yo soy más: en trabajos más abundante, en cárceles con más frecuencia, en azotes sobre medida, en muertes muchas veces.


Bien que pudiera; porque aun cuando quisiese gloriarme, no sería un insensato, pues que diría la verdad: mas me contengo para que nadie me conceptúe superior a lo que me ve, u oye respecto de mí.


Porque no nos predicamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús, el Señor, y a nosotros, como siervos vuestros, por amor de Jesús.


al contrario, en todo recomendándonos como ministros de Dios, en mucha paciencia, en aflicciones, en necesidades, en angustias,


habiéndonos dado a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, que se propuso en sí mismo.


y por mí para que se me conceda libertad de palabra, en abrir mi boca con denuedo, para dar a conocer el misterio del evangelio;


para que sean consolados sus corazones, estando ellos unidos consigo mismos en amor; y alcancen a toda la riqueza de la plena seguridad de la inteligencia, para el conocimiento del misterio de Dios, es decir, el de Cristo:


orando al mismo tiempo por nosotros también, para que Dios nos abra puerta para la palabra, a fin de hablar el misterio de Cristo; a causa del cual también estoy en prisiones;


Y sin controversia alguna, grande es el misterio de la piedad, es a saber: Aquel que fué manifestado en la carne, justificado en el espíritu, visto de ángeles, predicado entre las naciones, creído en el mundo, recibido arriba en gloria.


no neófito, no sea que, hinchado de orgullo, caiga en la condenación del diablo.


teniendo el misterio de la fe con pura conciencia.


Porque el obispo ha de ser sin reproche, como que es administrador de Dios; no soberbio, no colérico, no rencilloso, no peleador, no codicioso de torpe ganancia;


comunicando beneficios entre vosotros mismos, como buenos dispensadores de la gracia multiforme de Dios, cada cual según el don que haya recibido:


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