Levítico 27:30 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual30-32 »La décima parte de lo que produzcan los campos sembrados y los árboles frutales me pertenece. También me pertenece la décima parte de los ganados y de los rebaños. El que quiera recuperar algo de esa décima parte, tendrá que pagar un veinte por ciento más del precio establecido. Δείτε το κεφάλαιοΠερισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 196030 Y el diezmo de la tierra, así de la simiente de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová es; es cosa dedicada a Jehová. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Nueva Traducción Viviente30 »La décima parte de los productos de la tierra, ya sea grano de los campos o fruto de los árboles, le pertenece al Señor y debe ser apartada, es santa para el Señor. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Católica (Latinoamericana)30 El diezmo entero de la tierra, tanto de las semillas como de los frutos de los árboles, es de Yavé, es cosa sagrada para él;' Δείτε το κεφάλαιοLa Biblia Textual 3a Edicion30 Todo el diezmo de la tierra, así de la simiente del suelo como del fruto de los árboles, ya es de YHVH. Ya está consagrado a YHVH. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Serafín de Ausejo 197530 Todo diezmo de la tierra, tanto de las semillas de la tierra como del fruto de los árboles, pertenece a Yahveh; es cosa consagrada a Yahveh. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Reina Valera Gómez (2023)30 Y todos los diezmos de la tierra, así de la semilla de la tierra como del fruto de los árboles, de Jehová son; es cosa consagrada a Jehová. Δείτε το κεφάλαιο |
En aquel tiempo nombramos a los encargados de las bodegas en donde se guardaban las provisiones para el templo de Dios, es decir, las ofrendas, los primeros frutos y los diezmos. Eran las porciones que llegaban de los campos de cada ciudad y que, según la ley, les correspondían a los sacerdotes y sus ayudantes. Los de Judá estaban satisfechos con la tarea que hacían los sacerdotes y sus ayudantes.
»¡Qué mal les va a ir a ustedes, maestros de la Ley y fariseos! ¡Hipócritas! Se preocupan por dar como ofrenda la décima parte de la menta, del anís y del comino que cosechan en sus terrenos. Pero no obedecen las enseñanzas más importantes de la ley: ser justos con los demás, tratarlos con amor, y obedecer a Dios en todo. Hay que hacer esas tres cosas, sin dejar de obedecer los demás mandamientos.
»¡Qué mal les va a ir! Ustedes se preocupan por dar a Dios, como ofrenda, la décima parte de las legumbres, de la menta y de la ruda que cosechan en sus terrenos. Pero no lo aman ni son justos con los demás. Deben dar a Dios la décima parte de todo, pero sin dejar de amarlo y sin dejar de ser justos.