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Isaías 17:3 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

3 Todo el reino de Siria dejará de existir, al igual que la ciudad de Damasco; además, las ciudades del norte, que son el orgullo de Israel, se quedarán sin murallas. Yo soy el Dios todopoderoso, y juro que así será».

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

3 Y cesará el socorro de Efraín, y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Las ciudades fortificadas de Israel también serán destruidas, y se acabará el poder de la realeza de Damasco. Todo lo que quede de Aram tendrá el mismo destino de la desaparecida gloria de Israel», proclama el Señor de los Ejércitos Celestiales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Va a desaparecer el reino de Damasco, que era una protección para Efraím; pues lo que quede de Aram y de su gloria no valdrá más que los israelitas - dice Yavé de los Ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Efraín perderá su fortaleza y Damasco su soberanía, Y el resto de los sirios serán como la nobleza de Israel, dice YHVH Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Acabará la fortaleza de Aram, el reino de Damasco. Y el resto de Aram será como la gloria de los hijos de Israel -oráculo de Yahveh Sebaot-.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

3 Y cesará la fortaleza de Efraín, y el reino de Damasco y el remanente de Siria; y serán como la gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos.

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Isaías 17:3
27 Σταυροειδείς Αναφορές  

Tiglat-piléser decidió ayudar a Ahaz, y atacó la ciudad de Damasco, capital de Siria. Conquistó la ciudad, mató al rey Resín, y luego se llevó prisioneros a los habitantes y los dejó en Quir.


Al final, a los nueve años del reinado de Oseas, el rey de Asiria se apoderó de Samaria y se llevó prisioneros a los israelitas hasta su país. Los ubicó en Halah, en la región del río Habor, en Gozán, y en las ciudades de los medos.


”A este rey no le importó si se trataba de Carquemis o de Calnó, de Hamat o de Arpad, de Samaria o de Damasco; a todas estas ciudades las destruyó.


Y ahora Dios dice: «El contrato de trabajo de cualquier obrero dura tres años. Por eso les digo que dentro de tres años el poder de Moab será destruido. Su gente morirá; solo unos cuantos quedarán con vida, pero sin fuerzas».


Dios continuó diciendo: «Cuando Siria sea destruida, también el gran pueblo de Israel se quedará sin fuerzas y perderá todas sus riquezas.


Has destruido las fortalezas de nuestros enemigos, has dejado las ciudades hechas un montón de ruinas. ¡Nunca más serán reconstruidas!


Pero antes de que el niño sepa distinguir entre lo bueno y lo malo, serán destruidos los países de Resín y Pécah, a los que tú, Ahaz, tanto miedo les tienes».


Damasco es tan solo la capital de Siria y Resín no es más que su rey; Samaria es tan solo la capital de Israel y Pécah no es más que su rey. Dentro de sesenta y cinco años Israel dejará de ser una nación. Pero si tú y tus oficiales no confían en mí, que soy el Dios de Israel, serán derrotados por completo.’”»


Porque antes que el niño aprenda a decir “mamá” y “papá”, el rey de Asiria destruirá las ciudades de Damasco y Samaria, y se quedará con todas sus riquezas».


Entonces Dios le dijo a Oseas: «El rey Jehú ha cometido muchos crímenes en el valle de Jezreel. Por lo tanto, en ese mismo valle derrotaré a su ejército. Castigaré a sus descendientes y acabaré con el reino de Israel. Por eso, a tu hijo le pondrás por nombre Jezreel».


Tiempo después, Gómer volvió a quedar embarazada y tuvo una hija. Entonces Dios le dijo a Oseas: «A esta niña la llamarás Lo-ruhama, que quiere decir “no-compadecida”, porque no volveré a perdonar ni a tener compasión de los habitantes del reino de Israel.


Ahora estalla la guerra, las fuertes murallas son destruidas, y mueren las madres y los hijos, como cuando el rey Salmán destruyó la ciudad de Bet-arbel.


Lo mismo sucederá con los israelitas: Durante mucho tiempo no tendrán rey ni jefe; tampoco podrán presentar ofrendas a Dios, ni sabrán lo que Dios quiere que hagan; además, no tendrán sacerdotes ni ídolos familiares.


¡Israel quedará en ruinas! ¡Será la burla de todas las naciones!


»Israel tiene grandes riquezas, pero esas riquezas no durarán; ¡volarán como hojas al viento! Sus mujeres ya no tendrán hijos.


Además, caerán sin vida los que adoraban a los ídolos de Samaria, de Dan y de Beerseba. Juraban en nombre de esos dioses, creyendo que eran dioses vivos, por eso no volverán a levantarse.»


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