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Génesis 49:8 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

8 »Tú, Judá, dominarás a tus enemigos; tus hermanos te alabarán y se inclinarán en tu presencia.

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Biblia Reina Valera 1960

8 Judá, te alabarán tus hermanos; Tu mano en la cerviz de tus enemigos; Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Judá, tus hermanos te alabarán. Agarrarás a tus enemigos por el cuello. Todos tus parientes se inclinarán ante ti.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, tu mano agarrará del cuello a tus enemigos, y tus hermanos se inclinarán ante ti.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 A ti Judá, te alabarán tus hermanos, Tu mano, en la cerviz de tus enemigos, Se postrarán ante ti los hijos de tu padre.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 A ti, Judá, te alabarán tus hermanos; tu mano pesará sobre la nuca de tus enemigos, los hijos de tu padre se postrarán ante ti.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

8 Judá, te alabarán tus hermanos: Tu mano en la cerviz de tus enemigos: Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.

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Génesis 49:8
38 Σταυροειδείς Αναφορές  

¡Que todas las naciones te sirvan y te respeten! ¡Que tus propios parientes se inclinen ante ti, y te reconozcan como su jefe! ¡Malditos sean los que te maldigan! ¡Benditos sean los que te bendigan!»


Una vez más, Lía quedó embarazada, y cuando el niño nació, ella dijo: «Esta vez alabaré a Dios». Así que le puso por nombre Judá, que significa «alabanza». Y no volvió a tener más hijos.


Cuando los hermanos de José llegaron a Egipto, se inclinaron ante José con mucho respeto, pues él gobernaba en Egipto y era el que vendía el trigo a todo su pueblo.


Me hiciste vencer a mis enemigos, y acabé con los que me odiaban.


Allí Joab le informó al rey: «En Israel hay ochocientos mil hombres que pueden ir a la guerra, y en Judá hay quinientos mil».


8-9 (7-8) Tiempo después, Zérah, que era de Etiopía, le declaró la guerra a Judá. Al frente de un ejército muy numeroso y de trescientos carros de combate, llegó hasta Maresá, muy cerca de Jerusalén. Aunque Asá tenía un ejército de valientes soldados armados con escudos y lanzas, eran apenas trescientos mil soldados de la tribu de Judá, y doscientos ochenta mil de la tribu de Benjamín.


Después Asá mandó llamar a toda la gente de las tribus de Judá y de Benjamín. Y como en su territorio vivían muchos de las tribus de Efraín, de Manasés y de Simeón, también ellos respondieron al llamado del rey. Estos se habían unido a Asá porque se dieron cuenta de que Dios lo ayudaba en todo.


aunque hubo algunos de las tribus de Aser, Manasés y Zabulón que se arrepintieron y fueron a Jerusalén.


1 (2) En Judá se conoce a Dios; en Israel se reconoce su fama.


7 (6) Él se sentará en el trono de David, y reinará sobre todo el mundo y por siempre habrá paz. »Su reino será invencible, y para siempre reinarán la justicia y el derecho. »Esto lo hará el Dios todopoderoso por el gran amor que nos tiene.»


29 (34) ¡Ustedes reciben mensajes falsos! ¡Sus adivinos les dicen mentiras! Ustedes son unos criminales malvados, pero les ha llegado la hora. ¡Llegó el día de su castigo, y les cortarán la cabeza!


Las tribus de Israel, con sus respectivos jefes, marcharon en el siguiente orden: La tribu de Judá, con su jefe Nahasón; la tribu de Isacar, con su jefe Natanael; la tribu de Zabulón, con su jefe Eliab; la tribu de Rubén, con su jefe Elisur; la tribu de Simeón, con su jefe Selumiel; la tribu de Gad, con su jefe Eliasaf; la tribu de Efraín, con su jefe Elisamá; la tribu de Manasés, con su jefe Gamaliel; la tribu de Benjamín, con su jefe Guidoní; la tribu de Dan, con su jefe Ahiézer; la tribu de Aser, con su jefe Paguiel y la tribu de Neftalí, con su jefe Ahirá. Entre las tribus de Zabulón y de Rubén marchaban los descendientes de Guersón y Merarí. Ellos eran los encargados de desarmar el santuario y de transportarlo por el camino, pues eran los únicos que podían hacerlo. Entre las tribus de Gad y de Efraín marchaban los descendientes de Quehat. Ellos eran los encargados de llevar todos los utensilios del santuario. Como venían atrás, llegaban a donde iban a acampar y encontraban armado el santuario.


De todas las familias de Judá se contaron setenta y seis mil quinientos hombres.


A la tribu de Judá le dijo: «Nuestro Dios oirá tus oraciones, te hará vencer a tus enemigos, y permitirá que te reúnas con el resto de Israel».


y allí estará esperando, hasta que Dios derrote a sus enemigos.


El territorio que recibieron los grupos familiares de la tribu de Judá comprendía las siguientes ciudades:


El séptimo ángel tocó su trompeta, y en el cielo se oyeron fuertes voces que decían: «Nuestro Dios y su Mesías ya gobiernan sobre todo el mundo, y reinarán para siempre.»


Pero uno de los ancianos me dijo: «No llores más, que ha salido vencedor el heredero del trono de David, a quien se le llama el León de Judá. Solo él tiene la autoridad de romper los siete sellos y de abrir el rollo.»


Los israelitas fueron a Betel para consultar a Dios. Querían saber cuál tribu debía ser la primera en atacar a los de Benjamín, y Dios les contestó que la de Judá iría primero.


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