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Éxodo 6:5 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

5 y ahora que he escuchado los gritos de dolor de los israelitas por el maltrato de los egipcios, me he acordado del compromiso que tengo con mi pueblo.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

5 Asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Puedes estar seguro de que he oído los gemidos de los israelitas que ahora son esclavos de los egipcios, y tengo muy presente mi pacto con ellos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Ahora me acuerdo de mi alianza al oír los gemidos de los hijos de Israel oprimidos por los egipcios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Y ahora Yo he escuchado el gemido de los hijos de Israel, a quienes los egipcios hacen servir, y he recordado mi pacto.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 He oído también el gemido de los israelitas, oprimido por los egipcios, y me he acordado de mi alianza.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

5 Y asimismo yo he oído el gemido de los hijos de Israel, a quienes hacen servir los egipcios, y me he acordado de mi pacto.

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Éxodo 6:5
11 Σταυροειδείς Αναφορές  

Dios tuvo compasión de Noé, y de todos los animales domésticos y salvajes que estaban con él en la casa flotante. Por eso lanzó un fuerte viento sobre la tierra, para que bajara el agua.


y me acordaré de mi promesa. Jamás volverá a haber una inundación tan grande como para acabar con toda la vida. El arco iris es la señal de esta promesa».


Él no ha olvidado su pacto ni las promesas que nos hizo.


Muchos años después murió el rey de Egipto. Sin embargo, los israelitas seguían quejándose, pues sufrían mucho como esclavos.


Pero Dios vio sus sufrimientos y escuchó sus gritos de dolor, y se acordó del pacto que había hecho con los antepasados de los israelitas, es decir, con Abraham, Isaac y Jacob.


Pero Dios siguió diciéndole: —Yo sé muy bien que mi pueblo Israel sufre mucho porque los egipcios lo han esclavizado. También he escuchado sus gritos pidiéndome ayuda, y he visto que sus capataces los maltratan mucho. Por eso he venido a librarlos del poder egipcio. Los voy a llevar a una región muy grande y rica; ¡tan rica que siempre hay abundancia de alimentos! Es Canaán, país donde viven pueblos que no me conocen.


Pero el rey les contestó: —¡Mejor vayan a trabajar! ¡Miren a cuánta gente están distrayendo!


No fue un enviado suyo el que los salvó, sino Dios en persona. Él los libró por su amor y su misericordia; los levantó en sus brazos, como siempre lo había hecho.


»Ayuda a los israelitas, sus servidores, y nunca deja de ser bondadoso con ellos.


»Él dijo que sería bondadoso con su pueblo, y que cumpliría su santa promesa.


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