Éxodo 10:23 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual23 Todo estaba tan oscuro que los egipcios no podían verse unos a otros, ni dar un paso sin tropezarse. Sin embargo, en todas las casas israelitas sí había luz. Δείτε το κεφάλαιοΠερισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 196023 Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Nueva Traducción Viviente23 Durante todo ese tiempo las personas no pudieron verse unas a otras ni se movieron. Sin embargo, la luz no faltó en ningún momento donde vivían los israelitas. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Católica (Latinoamericana)23 No podían verse unos a otros, ni nadie pudo moverse durante los tres días; pero había luz para los hijos de Israel en todos sus poblados. Δείτε το κεφάλαιοLa Biblia Textual 3a Edicion23 No se veían el uno al otro, ni nadie se levantó de su lugar en tres días. Pero para todos los hijos de Israel hubo luz en sus asentamientos. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Serafín de Ausejo 197523 No se veían unos a otros, ni nadie pudo moverse de su sitio durante tres días. Había, en cambio, luz en los lugares donde moraban los israelitas. Δείτε το κεφάλαιοBiblia Reina Valera Gómez (2023)23 Ninguno vio a su prójimo, ni nadie se levantó de su lugar en tres días; mas todos los hijos de Israel tenían luz en sus habitaciones. Δείτε το κεφάλαιο |
y el lino y la cebada destruidos, pues el lino había florecido y la cebada estaba ya en espiga. Solo se salvaron el trigo y el centeno, porque dan fruto más tarde. Sin embargo, en el territorio de Gosén, donde vivían los israelitas, no cayó un solo granizo. Por eso el rey de Egipto mandó llamar a Moisés y a Aarón, y les dijo: —Debo admitir que esta vez he hecho mal. La culpa la tenemos nosotros y no Dios, así que díganle que ya no impediré que los israelitas se vayan. ¡Ya no soportamos más el granizo y los truenos! Moisés le contestó: —Voy a demostrarle a Su Majestad que nuestro Dios es el dueño de toda la tierra. En cuanto yo salga de la ciudad, hablaré con él, y ya no habrá más truenos ni granizo. Esto lo haré a pesar de que ni usted ni sus consejeros respetan todavía a Dios.