Cantares 2:16 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

¹⁶ Mi amado es mío, y yo soy suya; mi amado cuida de su rebaño entre las rosas.

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Biblia Reina Valera 1960

¹⁶ Mi amado es mío, y yo suya; Él apacienta entre lirios.

Biblia Nueva Traducción Viviente

¹⁶ Mi amado es mío, y yo soy suya. Él apacienta entre los lirios.

Biblia Católica (Latinoamericana)

¹⁶ Mi amado es para mí, y yo para mi amado; lleva a su rebaño a pastar entre los lirios.

La Biblia Textual 3a Edicion

¹⁶ Ella ¡Mi amado es mío y yo suya! Él pastorea entre los lirios

Biblia Serafín de Ausejo 1975

¹⁶ Mi amado es mío y yo soy suya; del pastor de azucenas.

Biblia Reina Valera Gómez (2023)

¹⁶ Mi amado es mío, y yo soy suya; él apacienta entre lirios.

Cantares 2:16 Σταυροειδείς Αναφορές

Salmos 48:14

14 (15) ¡Este es nuestro Dios! ¡Nuestro Dios es un Dios eterno que siempre guiará nuestra vida!

Salmos 63:1

1 (2) Dios mío, tú eres mi Dios. Con ansias te busco desde que amanece, como quien busca una fuente en el más ardiente desierto.

Cantares 1:7

Cuéntame, amor de mi vida, ¿a dónde llevas tus rebaños? A la hora de la siesta, ¿dónde los haces descansar? No tengo por qué andar como una vagabunda; ¡no tengo por qué buscarte entre los rebaños de tus amigos!

Cantares 2:1

Yo soy una flor de los llanos de Sarón; soy una rosa de los valles.

Cantares 4:5

Tus pechos son dos gacelas, ¡son dos gacelas que pastan entre las rosas!

Cantares 6:2

Mi amado ha venido a su jardín, al huerto de hierbas aromáticas, para juguetear entre las flores y para cortar rosas.

Cantares 6:3

Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; mi amado cuida de su rebaño entre las rosas.

Cantares 7:10

10 (11) Yo soy de mi amado, y su pasión lo obliga a buscarme.

Cantares 7:11

11 (12) Ven conmigo, amado mío, acompáñame a los campos. Pasaremos la noche entre flores de azahar.

Cantares 7:13

13 (14) Ya esparcen las mandrágoras la fragancia de sus frutos; hay a nuestra puerta fruta fresca y fruta seca. Amado mío, ¡los frutos más variados los he guardado para ti!

Gálatas 2:20

En realidad, también yo he muerto en la cruz, junto con Jesucristo. Y ya no soy yo el que vive, sino que es Jesucristo el que vive en mí. Y ahora vivo gracias a mi confianza en el Hijo de Dios, porque él me amó y quiso morir para salvarme.