2 Crónicas 16:2 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual
2 Entonces Asá tomó toda la plata y el oro que había en los tesoros del templo y del palacio del rey, y se los envió a Ben-hadad, rey de Siria, que vivía en la ciudad de Damasco. Además le envió este mensaje:
2 Entonces sacó Asa la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y envió a Ben-adad rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
2 En respuesta, Asa retiró la plata y el oro de los tesoros del templo del Señor y del palacio real. Los envió al rey Ben-adad de Aram, quien gobernaba en Damasco, junto con el siguiente mensaje:
2 Sacó entonces Asá plata y oro de los tesoros de la Casa de Yavé y de la casa del rey, y los envió a Ben-Hadad, rey de Aram, que vivía en Damasco, al que dijo:
2 Entonces Asa hizo sacar la plata y el oro de los tesoros de la Casa de YHVH y de la casa real, y los envió a Ben-adad rey de Siria, que habitaba en Damasco, diciendo:
2 Entonces Asá tomó cuanta plata y oro quedaba en el tesoro del templo de Yahveh y en el palacio real y los envió a Ben Hadad, rey de Aram, que residía en Damasco, con esta propuesta:
2 Entonces Asa sacó la plata y el oro de los tesoros de la casa de Jehová y de la casa real, y los envió a Benadad, rey de Siria, que estaba en Damasco, diciendo:
En respuesta, Asá tomó todo el oro y la plata que había en los tesoros del templo y del palacio del rey, y se los dio a sus asistentes para que se los llevaran a Ben-hadad, rey de Siria. Este vivía en la ciudad de Damasco y era hijo de Tabrimón y nieto de Hezión. Asá le mandó este mensaje a Ben-hadad:
18 (19) Entonces Joás, rey de Judá, tomó todos los objetos que sus antepasados Josafat, Joram y Ocozías habían dado para el templo. También tomó los objetos que él mismo había dedicado a Dios, y todo el oro que encontró en los tesoros del templo de Dios y en el palacio. Luego envió todo eso a Hazael, quien al recibirlo suspendió el ataque a Jerusalén.
Pero al año siguiente, Baasá, el rey de Israel, fue a atacar a Asá, rey de Judá, y lo primero que hizo fue conquistar la ciudad de Ramá. Enseguida comenzó a convertir a esa ciudad en una fortaleza, y puso en ella soldados, porque desde allí podía impedir que cualquiera entrara o saliera del territorio gobernado por Asá.
«Hagamos un pacto tú y yo, como lo hicieron tu padre y el mío. Yo te envío plata y oro a cambio de que rompas el pacto que hiciste con Baasá, para que deje de atacarme».
Acerca de Damasco, Dios dijo: «Las ciudades de Hamat y Arpad ya recibieron la mala noticia y no hay nada que las consuele; ¡están inquietas y agitadas como las olas del mar!