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1 Pedro 3:6 - Biblia Traducción en Lenguaje Actual

6 Así fue Sara, pues obedecía a Abraham y lo llamaba «señor». Si ustedes hacen el bien y no tienen miedo de nada, serán como ella.

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Por ejemplo, Sara obedecía a su esposo, Abraham, y lo llamaba «señor». Ustedes son sus hijas cuando hacen lo correcto sin temor a lo que sus esposos pudieran hacer.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Así obedecía Sara a Abrahán, al que llamaba su señor. Ustedes serán hijas de Sara si obran el bien sin tener miedo a nada.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 como Sara obedecía a Abraham, llamándolo señor;° de la cual vosotras fuisteis hechas hijas° haciendo el bien, sin temer a ninguna amenaza.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Así Sara obedeció a Abrahán y le llamó señor. Vosotras os hacéis hijas suyas, cuando practicáis el bien y no tenéis miedo alguno.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras sois hechas hijas, haciendo el bien, y no teniendo temor de ninguna amenaza.

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1 Pedro 3:6
12 Σταυροειδείς Αναφορές  

así que ella se rio y dijo entre dientes: «Eso sería muy bonito, pero mi esposo y yo estamos muy viejos para tener un hijo».


Al oír esto, Sara sintió miedo. Por eso mintió y aseguró: —No me estaba riendo. Sin embargo, Dios le dijo: —Yo sé bien que te reíste.


11 (12) Su Majestad te desea; tu hermosura lo cautiva. Harás todo lo que te pida, pues pronto será tu esposo.


¿Quiénes son esos dioses que tanto los asustan, para que me sean infieles y me olviden por completo? »Cuando ustedes no me adoraban, yo me quedaba callado y cerraba los ojos.


Pero Pedro y Juan les respondieron: —Dígannos, entonces: ¿debemos obedecerlos a ustedes antes que a Dios?


Estaba amaneciendo cuando la mujer volvió a la casa del anciano, donde estaba su esposo; cayó de bruces delante de la puerta, y así se quedó hasta que se hizo de día.


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