18 Nabuzaradán, capitán de la guardia, se llevó consigo como prisioneros al sumo sacerdote Seraías, al sacerdote de segundo rango Sofonías, y a los tres porteros principales.
18 Además, Nebuzaradán apresó a Seraías, jefe de los sacerdotes, a Sofonías, sacerdote que le seguía en importancia, y a los tres encargados de la vigilancia del templo.
Y el rey ordenó al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de segundo orden,° y a los guardianes de la entrada, que sacaran del Santuario de YHVH todos los utensilios hechos para Baal, y para Asera, y para todo el ejército de los cielos, y los quemó fuera de Jerusalem, en los campos del Cedrón, y llevó sus cenizas a Bet-’El.
Después de esto, dice YHVH, entregaré a Sedequías rey de Judá, y a sus siervos, y al pueblo (a los que en esta ciudad hayan quedado de la peste, de la espada y del hambre), en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, en mano de los demás enemigos, y en mano de los que buscan sus vidas; y él los herirá a filo de espada; no tendrá piedad de ellos, ni perdonará, ni se compadecerá.
Así habla YHVH Sebaot, Dios de Israel, diciendo: Porque has enviado cartas en tu propio nombre a todo el pueblo que está en Jerusalem, y al sacerdote Sofonías ben Maasías, y a todos los sacerdotes, diciendo:
Y a Sedequías rey de Judá y a sus príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de Babilonia, que acaba de retirarse.
Por tanto, así dice Adonay YHVH: Las víctimas que habéis dejado en medio de ella serán la carne, y ella será la olla,° de en medio de la cual os hará sacar.
Toma ofrenda° de los del cautiverio: de Heldai, de Tobías y de Jedaías, que regresaron de Babilonia, y el mismo día ve y entra en casa de Josías ben Sofonías.