Del mandamiento de sus labios no me apartaré: más que mi porción diaria he apreciado los dichos de su boca.
Proverbios 2:1 - Biblia Version Moderna (1929) HIJO mío, ¡oh si tú recibieras mis palabras, y atesoraras mis mandamientos dentro de ti; Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos guardares dentro de ti, Biblia Nueva Traducción Viviente Hijo mío, presta atención a lo que digo y atesora mis mandatos. Biblia Católica (Latinoamericana) Acoge mis palabras, hijo mío, guarda mi enseñanza, La Biblia Textual 3a Edicion Hijo mío, si aceptas mis palabras, Y guardas mis mandamientos dentro de ti, Biblia Serafín de Ausejo 1975 Hijo mío, si recibes mis palabras y guardas para ti mis preceptos, Biblia Reina Valera Gómez (2023) Hijo mío, si recibieres mis palabras, y mis mandamientos atesorares dentro de ti, |
Del mandamiento de sus labios no me apartaré: más que mi porción diaria he apreciado los dichos de su boca.
Así enséñanos a contar nuestros días, y alcanzaremos un corazón dotado de sabiduría.
para que se adquiera instrucción en el buen proceder, en la justicia, en el juicio y en la equidad:
El que guarda la ley es hijo entendido; mas aquel que es compañero de los libertinos, afrenta a su padre.
HIJO mío, no te olvides de mi ley, mas guarde tu corazón mis mandamientos;
¡OÍD, hijos, la instrucción de un padre, y prestad atención para conocer la inteligencia!
¡Oye, hijo mío, y recibe mis dichos, para que sean muchos los años de tu vida!
¡Átalos de continuo sobre tu corazón, cíñelos, cual collar, a tu garganta!
¡HIJO mío, guarda mis dichos, y atesora mis mandamientos dentro de ti!
¶El reino de los cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo; el que un hombre halló, y lo encubrió, y por el gozo de su hallazgo, va, y vende todo cuanto tiene, y compra aquel campo.
María empero guardaba todas estas cosas, confiriéndolas en su corazón.
Y descendiendo con ellos, vino a Nazaret; y les estaba sujeto. Y su madre guardaba todos estos dichos suyos en su corazón.
Penetren estas palabras en vuestros oídos: porque el Hijo del hombre va a ser entregado en mano de los hombres.
Ni está más allá del mar, para que digas: ¿Quién pasará por nosotros la mar, y nos lo traerá, y nos hará oírlo, para que lo cumplamos?
Fiel es este dicho, y digno de ser recibido de todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores; de los cuales yo soy el primero.