Tráigase, con tu permiso, un poco de agua, y lavaos los pies, y reclinaos debajo del árbol.
Lucas 7:44 - Biblia Version Moderna (1929) Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: ¿ves a esta mujer? Yo entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas ésta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha limpiado con sus cabellos. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies; mas esta ha regado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con sus cabellos. Biblia Nueva Traducción Viviente Luego se volvió a la mujer y le dijo a Simón: —Mira a esta mujer que está arrodillada aquí. Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para lavarme el polvo de los pies, pero ella los lavó con sus lágrimas y los secó con sus cabellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves a esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me ofreciste agua para los pies, mientras que ella me ha lavado los pies con sus lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. La Biblia Textual 3a Edicion Y vuelto hacia la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa, y no me diste agua para mis pies, pero ésta ha regado mis pies con las lágrimas, y los ha secado con sus cabellos. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies; ella, en cambio, me los ha bañado con lágrimas y me los ha secado con sus cabellos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vuelto a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves esta mujer? Entré en tu casa, no me diste agua para mis pies, pero ella ha lavado mis pies con lágrimas, y los ha enjugado con los cabellos de su cabeza. |
Tráigase, con tu permiso, un poco de agua, y lavaos los pies, y reclinaos debajo del árbol.
y dijo: He aquí, señores míos, os ruego que os desviéis y entréis en casa de vuestro siervo, y posad, y lavaos los pies; y de madrugada os levantaréis, y seguiréis vuestro camino. Mas ellos dijeron: No, sino que en la plaza posaremos.
Entonces el hombre hizo entrar a los hombres en casa de José, y dióles agua, y se lavaron los pies; dió también pienso a sus asnos.
En seguida David dijo a Urías: Baja a tu casa y lava tus pies. Y salió Urías de la casa del rey; y salió tras él una porción de la comida del rey.
y poniéndose detrás de él, junto a sus pies, llorando, comenzó a regar éstos con lágrimas, y los limpiaba con los cabellos de su cabeza; y los besaba fervorosamente, y los ungió con el ungüento.
Simón respondiendo, le dijo: Pienso que aquel a quien más perdonó. Y él le dijo: Has juzgado rectamente.
Después echó agua en un lebrillo, y empezó a lavar los pies de los discípulos, y limpiólos con la toalla de qué estaba ceñido.
teniendo buen testimonio en cuanto a buenas obras: si hubiere criado hijos, si hubiere hospedado a los extranjeros, si hubiere lavado los pies de los santos, si hubiere socorrido a los afligidos, si hubiere seguido estrictamente toda buena obra.
Vosotros empero habéis despreciado al hombre pobre. ¿Acaso los ricos no os oprimen, y ellos mismos os arrastran ante los tribunales?
Le trajo pues a su casa, y mezcló el pienso para los asnos; luego ellos se lavaron los pies, y comieron y bebieron.
Con lo cual ella se levantó, e inclinóse rostro a tierra, y dijo: ¡He aquí a tu sierva, sirvienta para lavar los pies de los siervos de mi señor!