Y David tuvo temor de Jehová en aquel día, y dijo: ¿Cómo podrá venir a mí el Arca de Dios?
Lucas 5:8 - Biblia Version Moderna (1929) Simón Pedro, pues, viendo esto, cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador! Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Simón Pedro se dio cuenta de lo que había sucedido, cayó de rodillas delante de Jesús y le dijo: —Señor, por favor, aléjate de mí; soy un hombre tan pecador. Biblia Católica (Latinoamericana) Al ver esto, Simón Pedro se arrodilló ante Jesús, diciendo: 'Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador. La Biblia Textual 3a Edicion Al verlo Simón Pedro, se postró a los pies de Jesús, y dijo: ¡Apártate de mí Señor, que soy hombre pecador! Biblia Serafín de Ausejo 1975 Cuando Simón Pedro vio esto se echó a los pies de Jesús, diciéndole: 'Apártate de mí, Señor, que soy hombre pecador'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Al ver esto Simón Pedro, cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. |
Y David tuvo temor de Jehová en aquel día, y dijo: ¿Cómo podrá venir a mí el Arca de Dios?
Entonces ella dijo a Elías: ¿Qué tengo yo que ver contigo, oh varón de Dios? ¿has venido a mí para renovar la memoria de mi pecado, y para hacer morir a mi hijo?
¡He aquí que yo soy vil! ¿qué podré responderte? ¡pongo mi mano sobre mi boca!
y dijeron a Moisés: ¡Habla tú con nosotros, que nosotros oiremos; mas no hable Dios con nosotros, no sea que muramos!
Entonces yo dije: ¡Ay de mí, pues soy perdido! porque soy hombre de labios inmundos, y en medio de un pueblo de labios inmundos habito; por cuanto mis ojos han visto al Rey, a Jehová de los Ejércitos.
Y oyendo esto losdiscípulos, cayeron sobre sus rostros, y temieron en gran manera.
Y entrando en la casa, hallaron al niño, con su madre María; y cayendo en tierra, le tributaron homenaje: y abriendo sus tesoros, le ofrecieron dones: oro, olíbano y mirra.
Mas el centurión respondiendo, dijo: Señor, no soy digno de que entres debajo de mi techado: pero di solamente una palabra, y mi criado quedará sano:
E hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, que viniesen a ayudarles. Y llegándose ellos, llenaron ambas barcas, de manera que se iban anegando.
Pues asombro se había apoderado de él, y de todos los que con él estaban, a causa de la presa de peces que habían cogido:
Así pues María, cuando llegó a donde Jesús estaba, al verle, cayó a sus pies, diciéndole: ¡Señor, si hubieras estado aquí no hubiera muerto mi hermano!
Porque ahora vemos obscuramente, como por medio de un espejo, mas entonces, cara a cara; ahora conozco en parte, pero entonces conoceré así como también soy conocido.
Y cuando le ví, caí ante sus pies como muerto; y él puso su diestra sobre mí, diciendo: No temas; yo soy el Primero y el Postrero:
Por lo cual Manoa dijo a su mujer: De seguro que moriremos, porque hemos visto a Dios.
Por lo cual decían los hombres de Bet-semes: ¿Quién es capaz de estar en pie delante de Jehová, este Dios tan santo? ¿y a quién subirá desde nosotros?