Y encendióse la ira de Jehová contra Uza, y le hirió allí Dios por su temeridad, de modo que murió allí junto al Arca de Dios.
Levítico 10:2 - Biblia Version Moderna (1929) Y de la presencia de Jehová salió fuego que los devoró; y murieron delante de Jehová. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron delante de Jehová. Biblia Nueva Traducción Viviente Como consecuencia, un fuego ardiente salió de la presencia del Señor y los consumió por completo, y murieron ahí ante el Señor. Biblia Católica (Latinoamericana) Y en eso, un fuego salió de la presencia de Yavé que los devoró, y murieron allí delante de Yavé. La Biblia Textual 3a Edicion Y de la presencia de YHVH salió un fuego que los consumió y murieron en presencia de YHVH.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Salió de delante de Yahveh un fuego que los abrasó, y cayeron muertos ante Yahveh. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y salió fuego de delante de Jehová que los quemó, y murieron delante de Jehová. |
Y encendióse la ira de Jehová contra Uza, y le hirió allí Dios por su temeridad, de modo que murió allí junto al Arca de Dios.
y él se fue, y halló el cadáver del otro tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al cadáver; el león no se había comido el cadáver, ni había despedazado al asno.
Entonces cayó el fuego de Jehová, y consumió el holocausto, y la leña, y las piedras, y el polvo; y lamió el agua que había en la zanja.
Pero respondió Elías y dijo al capitán de cincuenta: Y bien, si yo soy varón de Dios, descienda fuego del cielo que te consuma a ti y a tus cincuenta. En efecto, descendió fuego del cielo y le consumió a él y a sus cincuenta.
Y respondiendo Elías, les dijo: Si varón de Dios soy, descienda fuego del cielo que te consuma a ti y a tus cincuenta. Y descendió el fuego de Dios desde el cielo, y le consumió a él y a sus cincuenta.
Y encendióse la ira de Jehová contra Uza, y le hirió, por haber extendido su mano al Arca; y murió allí delante de Dios
porque por no haberla llevado vosotros desde un principio, Jehová nuestro Dios estalló en ira contra nosotros; porque no le buscábamos conforme al orden prescrito.
Pero Nadab y Abiú murieron antes que su padre, y no tuvieron hijos; y tuvieron el sacerdocio Eleazar e Itamar.
Todavía estaba éste hablando, cuando entró otro, que dijo: ¡Un fuego de Dios ha caído del cielo, el cual ha consumido las ovejas y los mozos, y los ha devorado; y he escapado yo, yo solo, para traerte las nuevas!
Vendrá nuestro Dios, y no guardará silencio: fuego devorador andará delante de él, y en derredor suyo habrá terrible tempestad.
Y DIJO Dios a Moisés: Sube a donde está Jehová, tú con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y adoraréis desde lejos.
Porque ya ha mucho que les está aparejado Tofet; para el rey también está preparado; lo ha ahondado, lo ha ensanchado; su pira es de fuego y de leña abundante; el soplo de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.
Ellos pues se acercaron, y alzándolos como estaban, con sus túnicas puestas, los sacaron fuera del campamento, como había mandado Moisés.
Y HABLÓ Jehová a Moisés después de la muerte de los dos hijos de Aarón, (los cuales se acercaron ante la presencia de Jehová, y por eso murieron),
y de la presencia de Jehová salió fuego que consumió de sobre el altar el holocausto y los sebos. Y como lo viese todo el pueblo, levantaron el grito, y cayeron sobre sus rostros.
aquellos hombres que trajeron la noticia infamatoria murieron de plaga delante de Jehová.
Y de la presencia de Jehová salió fuego que devoró a los doscientos cincuenta hombres que presentaron el incienso.
Y fueron los muertos por la plaga catorce mil setecientos; sin contar los que murieron por el asunto de Coré.
Pero murieron Nadab y Abiú cuando ofrecieron un fuego extraño ante la presencia de Jehová.
Y luego al punto cayó ella a sus pies, y expiró: y entrando los jóvenes la hallaron muerta; y sacándola, la sepultaron al lado de su marido.
Y oyendo Ananías estas palabras, cayó, y expiró: y vino gran temor sobre todos los que lo oyeron.
¶Y estas cosas les sucedieron a ellos típicamente, y fueron escritas para admonición de nosotros, a quienes ha llegado el fin de los siglos.
¶Mas hizo Dios estrago entre los hombres de Bet-semes, porque miraron dentro del Arca de Jehová; por lo cual hirió del pueblo setenta hombres y cincuenta mil hombres. Y prorrumpió el pueblo en llanto, porque Jehová había causado entre el pueblo gran mortandad.