De seguro que conviene decirle a Dios: Sufro tu castigo; no seré más perverso:
Juan 8:11 - Biblia Version Moderna (1929) Y ella dijo: Ninguno, Señor. Y Jesús le dijo: Ni yo tampoco te condeno; véte; y en adelante no peques más.] Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. Biblia Nueva Traducción Viviente —Ni uno, Señor —dijo ella. —Yo tampoco —le dijo Jesús—. Vete y no peques más. ---------- Biblia Católica (Latinoamericana) Ella contestó: 'Ninguno, señor. Y Jesús le dijo: 'Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Ella respondió: 'Nadie, Señor'. Díjole Jesús: 'Pues tampoco yo te condeno; vete, y desde ahora en adelante no peques más'.] Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y ella dijo: Ninguno, Señor. Entonces Jesús le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más. |
De seguro que conviene decirle a Dios: Sufro tu castigo; no seré más perverso:
El que encubre sus transgresiones, no prosperará; mas quien las confiese y las abandone, alcanzará misericordia.
¡Buscad a Jehová mientras pueda ser hallado, invocadle en tanto que esté cercano!
Os digo que no; antes bien, si vosotros no os arrepintiereis, todos pereceréis de igual manera.
Os digo que no; antes bien, si vosotros no os arrepintiereis, todos asimismo pereceréis.
De esta manera, yo os lo digo, hay gozo en presencia de los ángeles de Dios, por un solo pecador que se arrepiente.
Mas era menester hacer fiesta y regocijarnos; porque este tu hermano muerto era, y ha vuelto a vivir; y habíase perdido, y ha sido hallado.
Dígoos, que así habrá gozo en el cielo por un pecador que se arrepiente, más bien que por noventa y nueve justos que no tienen necesidad de arrepentimiento.
pues el Hijo del hombre no vino para perder las vidas de los hombres, sino para salvarlas. Y se fueron a otra aldea.
Jesús respondió: Mi reino no es de este mundo: si de este mundo fuera mi reino, entonces pelearían mis servidores para que yo no fuese entregado a los judíos: ahora empero mi reino no es de aquí.
Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por medio de él.
Hallóle después Jesús en el Templo, y le dijo: He aquí ya estás sano; no peques más, no sea que te suceda otra cosa peor.
¿o desprecias la riqueza de su benignidad, y paciencia, y longanimidad, ignorando que la benignidad de Dios te conduce a arrepentimiento?
Porque ¿qué tengo yo que ver con juzgar a los de afuera? ¿No juzgáis vosotros a los de adentro?
¶Jueces y magistrados pondrás para ti en todas tus ciudades que Jehová tu Dios te da, en tus tribus; los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.
y te llegarás a los sacerdotes levitas, y al juez que hubiere en aquellos días, y los consultarás; y ellos te declararán la sentencia del juicio:
Y tened entendido que la larga espera de nuestro Señor es para salvación; así como también nuestro amado hermano Pablo, conforme a la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito;