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Juan 2:25 - Biblia Version Moderna (1929)

y no necesitaba que nadie le diera testimonio acerca del hombre; porque sabía él mismo lo que había en el hombre.

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Biblia Reina Valera 1960

y no tenía necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

No hacía falta que nadie le dijera sobre la naturaleza humana, pues él sabía lo que había en el corazón de cada persona.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

porque él conocía lo que había en la persona.

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La Biblia Textual 3a Edicion

y no tenía necesidad de que nadie le diera testimonio del hombre, pues Él sabía lo que había en el hombre.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

y no tenía necesidad de que le atestiguaran nada de nadie; porque él sabía lo que hay en el interior de cada uno.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y no tenía necesidad de que alguien le diese testimonio del hombre, porque Él sabía lo que había en el hombre.

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Juan 2:25
9 Σταυροειδείς Αναφορές  

oye tú en el cielo, asiento permanente de tu morada, y perdona, y haz lo que convenga, y retorna a cada cual conforme a todos sus caminos, (cuyo corazón tú lo conoces; porque tú, tú solo conoces el corazón de todos los hijos de los hombres);


Y será de aguda percepción en el temor de Jehová; y no juzgará según la vista de los ojos, ni fallará según el oír de los oídos;


Mas Jesús, conociendo sus pensamientos, dijo:  ¿Por qué pensáis mal en vuestros corazones?


y le trajo a Jesús. Jesús le miró, y dijo: Tú eres Simón, hijo de Jonás; serás llamado Cefas (que se traduce Pedro).


Jesús vió a Natanael que venía hacia él, y dijo de él: He aquí verdaderamente un israelita, en quien no hay engaño.


Porque sabía quién le había de entregar; por esto dijo: No todos estáis limpios.


Jesús empero, conociendo en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os escandaliza?


Mas hay algunos de vosotros que no creen. Pues desde el principio sabía Jesús quiénes eran los que no creían, y quién era aquel que le había de entregar.


Sucederá pues, cuando le hubieren alcanzado muchos males y angustias, que este cántico responderá como testigo en su misma cara, porque no será olvidado de la boca de su descendencia. Porque yo conozco su pensamiento que va tramando hoy, antes que le haya introducido en la tierra que le tengo jurada.