Por lo cual dijo David a Abisai: Ahora Seba hijo de Bicri va a hacernos más mal que Absalom. Toma tú los siervos de tu señor, y sigue tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas, y se nos escape.
Josué 10:20 - Biblia Version Moderna (1929) Y aconteció cuando Josué y los hijos de Israel hubieron acabado de herirlos con muy grande estrago, hasta que fueron destruídos, y los restos de ellos que se escaparon hubieron entrado en las ciudades fortificadas, Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con gran mortandad hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces Josué y el ejército israelita continuaron con la masacre y derrotaron al enemigo por completo. Exterminaron totalmente a los cinco ejércitos con excepción de un pequeño grupo que logró llegar a sus ciudades fortificadas. Biblia Católica (Latinoamericana) Josué y los israelitas terminaron de masacrarlos y de exterminarlos; sólo algunos escapados lograron llegar a las ciudades fortificadas. La Biblia Textual 3a Edicion Y sucedió que cuando Josué y los hijos de Israel acabaron de herirlos con gran mortandad, hasta acabarlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Josué y los israelitas acabaron de infligirles una completa derrota, hasta exterminarlos, aunque algunos fugitivos consiguieron escapar y se refugiaron en las ciudades fortificadas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y aconteció que cuando Josué y los hijos de Israel terminaron de herirlos con gran mortandad, hasta destruirlos, los que quedaron de ellos se metieron en las ciudades fortificadas. |
Por lo cual dijo David a Abisai: Ahora Seba hijo de Bicri va a hacernos más mal que Absalom. Toma tú los siervos de tu señor, y sigue tras él, no sea que halle para sí ciudades fortificadas, y se nos escape.
Y salió el rey de Israel, e hirió a los caballos y los carros, haciendo en los Siros grande estrago.
Y Abías y su pueblo los hirieron con grande mortandad; de modo que de parte de Israel cayeron traspasados quinientos mil hombres escogidos.
Declarad esto en Judá, y en Jerusalem dadlo a conocer, diciendo: ¡Tocad la trompeta por la tierra! ¡clamad por todas partes! y decid: ¡Juntaos, y acudid a las ciudades fortificadas!
Dirán: ¿Por qué nos quedamos sentados? Congregaos, y entremos en las ciudades fortificadas, y estaremos allí callados; puesto que Jehová nuestro Dios nos ha reducido a silencio, y nos ha dado a beber agua de hiel, por haber pecado contra Jehová.
Mas de las ciudades de estos pueblos que Jehová tu Dios te da en herencia, no dejarás persona con vida:
Y Jehová los llenó de consternación delante de Israel, de modo que los hirió con grande estrago en Gabaón, y los persiguió camino de la subida de Bet-horón, y los hirió hasta Azeca y hasta Maceda.
mas vosotros no os detengáis; seguid al alcance de vuestros enemigos, y exterminad hasta el último de ellos; no dejéis que entren en sus ciudades, ya que los ha entregado Jehová vuestro Dios en vuestra mano.
que todo el pueblo volvió en salvo a Josué a su campamento, en Maceda: no hubo quien moviese su lengua contra ninguno de los hijos de Israel.
Asimismo tomó Josué todas las ciudades de aquellos reyes y a todos los reyes de ellas, y los hirió a filo de espada; y los destruyó completamente, como lo había mandado Moisés, siervo de Jehová.
Y Jehová los entregó en manos de Israel, de manera que los hirieron y los persiguieron hasta la gran Sidón, y hasta Misrefot-mayim, y hasta el Valle de Mizpa, hacia el oriente; hiriéndolos hasta no dejar de ellos quien escapase.
Y cuando Israel hubo acabado de matar a todos los habitantes de Hai, en el campo y en el desierto, adonde éstos los habían perseguido, y cuando hubieron caído a filo de espada todos ellos hasta acabarse, sucedió que todo Israel volvió contra Hai, e hirióla a filo de espada.