Y fué así que como el rey viese a la reina Ester, de pie en el atrio, ella halló gracia en sus ojos; y extendió el rey hacia Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces acercóse Ester y tocó la punta del cetro.
Jeremías 38:10 - Biblia Version Moderna (1929) Entonces mandó el rey a Ebed-melec etíope, diciendo: Toma contigo de aquí treinta hombres, y saca al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces mandó el rey al mismo etíope Ebed-melec, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna, antes que muera. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces el rey le dijo a Ebed-melec: —Toma contigo a unos treinta de mis hombres y saca a Jeremías de la cisterna antes de que muera. Biblia Católica (Latinoamericana) Entonces el rey ordenó al etíope: 'Toma tres hombres y saca a Jeremías del pozo antes de que muera. La Biblia Textual 3a Edicion Entonces el rey ordenó a Ebed-melec el etíope, diciendo: Toma treinta hombres contigo, y haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna antes que muera. Biblia Serafín de Ausejo 1975 El rey dio entonces al cusita Ebedmélec esta orden: 'Toma contigo de aquí tres hombres y saca al profeta Jeremías de la cisterna, antes de que muera'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Entonces mandó el rey al mismo Ebedmelec etíope, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y saca al profeta Jeremías de la mazmorra, antes que muera. |
Y fué así que como el rey viese a la reina Ester, de pie en el atrio, ella halló gracia en sus ojos; y extendió el rey hacia Ester el cetro de oro que tenía en la mano. Entonces acercóse Ester y tocó la punta del cetro.
Entonces respondió el rey Asuero a la reina Ester y a Mardoqueo judío: He aquí que he dado la casa de Hamán a Ester, y a él mismo le he colgado en una horca, por haber extendido su mano contra los Judíos.
Y quebraré todos los cuernos de los inicuos; pero los cuernos del justo serán ensalzados.
COMO las regueras de las aguas es el corazón del rey en la mano de Jehová; a dondequiera que a él le plazca, lo inclina.
Ebed-melec pues tomó consigo los hombres, y fué a la casa del rey, a la parte debajo de la tesorería, y tomó de allí ropa deshecha y trapos viejos, y los bajaron a Jeremías con sogas, dentro de la cisterna.
Mas oyó Ebed-melec etíope, eunuco que había en la casa del rey, que habían puesto a Jeremías en la cisterna. Y el rey estaba sentado a la sazón en la puerta de Benjamín.
Oh rey, señor mío, muy mal han hecho estos hombres en todo lo que acaban de hacer con el profeta Jeremías, a quien han echado en la cisterna: y él se muere en el lugar en donde está, a causa del hambre; porque no hay pan en la ciudad.