así conducirá el rey de Asiria los cautivos de Egipto y los deportados de Etiopía, jóvenes y ancianos, desnudos y descalzos, y descubiertas las nalgas, para vituperio de Egipto.
Jeremías 13:22 - Biblia Version Moderna (1929) Y si dijeres en tu corazón: ¿Por qué me han sucedido estas cosas? por la grandeza de tu iniquidad han sido descubiertas tus faldas, y violentados tus calcañares. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Si dijeres en tu corazón: ¿Por qué me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares. Biblia Nueva Traducción Viviente Quizá te preguntes: «¿Por qué me sucede todo esto?». ¡Se debe a tus muchos pecados! Por eso los ejércitos invasores te desnudaron y te violaron. Biblia Católica (Latinoamericana) Tú te preguntarás, tal vez: '¿Por qué me suceden todas estas desgracias?' A causa de tu gran perversidad te han arrancado los vestidos y te han pegado en los talones. La Biblia Textual 3a Edicion Y cuando digas en tu corazón: ¿Por qué me suceden estas cosas? Por la magnitud de tu iniquidad han sido descubiertas tus faldas y violentados tus calcañares. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y si dices en tu corazón: '¿Por qué me suceden estas cosas?'. Por tu gran iniquidad te han levantado las faldas, han violentado tus tobillos. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Cuando digas en tu corazón: ¿Por qué me han sobrevenido estas cosas? Por la enormidad de tu maldad fueron descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares. |
así conducirá el rey de Asiria los cautivos de Egipto y los deportados de Etiopía, jóvenes y ancianos, desnudos y descalzos, y descubiertas las nalgas, para vituperio de Egipto.
por lo tanto, pelará el Señor la mollera de las hijas de Sión, y Jehová pondrá en descubierto su desnudez.
Ahora pues, escucha esto, oh mujer voluptuosa. tú que habitas descuidada, tú que dices en tu corazón: ¡Yo soy, y fuera de mí no hay otra; nunca me sentaré como viuda, ni conoceré pérdida de hijos!
Por tanto yo también descubriré tus faldas, alzándolas sobre tu rostro, para que sea vista tu vergüenza.
Y este pueblo a quien ellos profetizan, quedarán tendidos por las calles de Jerusalem, a causa del hambre y de la espada, y no habrá quien los entierre, ni a ellos, ni a sus mujeres, ni a sus hijos, ni a sus hijas; porque derramaré sobre ellos su maldad.
Y sucederá cuando preguntareis: ¿Por qué causa trae Jehová nuestro Dios estas cosas sobre nosotros? que les responderás: De la manera que me habéis dejado a mí, y habéis servido a dioses extraños en vuestra tierra, así serviréis a los extraños en una tierra que no es vuestra.
CHETH.- Ha pecado atrozmente Jerusalem; por tanto ha venido a ser como cosa asquerosa; cuantos la honraban la desprecian, porque han visto su desnudez; también ella misma gime y se vuelve atrás.
También te despojarán de tus vestidos, y se llevarán tus hermosas joyas.
Y dice Efraim: Lo cierto es que me he enriquecido; he hallado para mí caudales! ¡En todas mis faenas no se hallará en mí iniquidad que sea pecado.
Ahora pues descubriré sus deshonestidades a la vista de sus amantes; y no habrá quien la libre de mi mano.
no sea que yo la despoje de sus ropas, dejándola desnuda, y la ponga tal como estaba en el día que nació; y la torne como un desierto, y la ponga como una tierra seca, y la haga morir de sed:
Pues su madre ha cometido fornicación, y la que los dió a luz se ha portado desvergonzadamente: porque ella ha dicho: Iré en pos de mis amantes, los cuales me han dado mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y mis licores.
He aquí que estoy contra ti, dice Jehová de los Ejércitos, y descubriré tus faldas delante de tu mismo rostro; y haré que vean las naciones tu desnudez, y los reinos tu vergüenza.
Y sucederá en aquel tiempo que yo registraré a Jerusalem con lámparas, y castigaré a los hombres que, como vino, están asentados sobre sus heces; los cuales dicen en su corazón: ¡Jehová no hará bien, ni tampoco hará mal!
Y si preguntares en tu corazón: ¿Cómo podremos conocer la palabra que no ha hablado Jehová?
¶Si acaso dices en tu corazón: Más numerosas son estas naciones que yo, ¿cómo podré desposeerlas?
de manera que digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me ha procurado esta riqueza.