Así vinieron a Noé en el arca, de dos en dos, de toda carne que tiene en sí aliento de vida.
Génesis 7:16 - Biblia Version Moderna (1929) Y los que entraron, macho y hembra entraron de toda carne, según lo que le mandó Dios; y Jehová le encerró. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y los que vinieron, macho y hembra de toda carne vinieron, como le había mandado Dios; y Jehová le cerró la puerta. Biblia Nueva Traducción Viviente Entraron un macho y una hembra de cada especie, tal como Dios había ordenado a Noé. Luego el Señor cerró la puerta detrás de ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) Y los que entraban eran un macho y una hembra de cada especie, que iban llegando según la orden de Dios.
Y Yavé cerró la puerta del arca detrás de Noé. La Biblia Textual 3a Edicion Y los que llegaron, macho y hembra de toda carne, entraron tal como lo había ordenado ’Elohim. Y YHVH cerró por él.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Y los que entraron fueron macho y hembra de toda carne. Entraron como Dios había ordenado a Noé. Y Yahveh cerró la puerta tras él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y los que entraron, macho y hembra de toda carne entraron, como le había mandado Dios. Y Jehová le cerró la puerta. |
Así vinieron a Noé en el arca, de dos en dos, de toda carne que tiene en sí aliento de vida.
Y fué el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y crecieron las aguas, y alzaron el arca, la cual fué levantada de sobre la tierra.
de dos en dos vinieron a Noé en al arca, macho y hembra, según lo que había mandado Dios a Noé.
He aquí que él derriba, y nadie puede reedificar; él encierra al hombre, y no hay quien le abra.
Por tanto no temeremos aunque la tierra sea conmovida, y aunque las montañas se trasladen al centro de los mares;
Y mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y fué cerrada la puerta.
Una vez que se haya levantado el padre de familia, y haya cerrado la puerta, y comenzareis, estando fuera, a llamar a la puerta, diciendo: Señor, ábrenos; y él respondiendo, os dijere: No os conozco ni sé de dónde sois.
Tu refugio es el Dios de los siglos, y por debajo tienes los brazos sempiternos: y él mismo echa delante de ti el enemigo, y dice: ¡Destruye!
que por el poder de Dios sois guardados, por medio de la fe, para la salvación, que está preparada para ser revelada en el tiempo postrero.