Ahora pues, venid, matémosle, y echémosle en una de estas cisternas; y diremos que alguna bestia feroz le ha devorado; entonces veremos en qué vendrán a parar sus sueños.
Génesis 45:3 - Biblia Version Moderna (1929) Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive mi padre todavía? Mas sus hermanos no podían responderle, porque estaban turbados delante de él. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. Biblia Nueva Traducción Viviente «¡Soy José! —dijo a sus hermanos—. ¿Vive mi padre todavía?». ¡Pero sus hermanos se quedaron mudos! Estaban atónitos al darse cuenta de que tenían a José frente a ellos. Biblia Católica (Latinoamericana) José dijo a sus hermanos: 'Yo soy José. ¿Vive aún mi padre?' Ellos quedaban tan aterrados de verlo que no podían responderle. La Biblia Textual 3a Edicion Y dijo José a sus hermanos: ¡Yo soy José! ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados por su presencia. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Dijo, pues, José a sus hermanos: 'Yo soy José. ¿Vive todavía mi padre?'. Sus hermanos no pudieron responderle, porque quedaron aterrados ante él. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José: ¿Vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él. |
Ahora pues, venid, matémosle, y echémosle en una de estas cisternas; y diremos que alguna bestia feroz le ha devorado; entonces veremos en qué vendrán a parar sus sueños.
Y decían el uno al otro: Verdaderamente somos dignos de castigo en cuanto a nuestro hermano; porque vimos la angustia de su alma, cuando nos rogaba tuviésemos piedad de él, y no le escuchamos; por tanto a nosotros nos ha sobrevenido este trance angustioso.
Entonces les respondió Ruben, diciendo: ¿No os decía yo así: No pequéis contra el niño; y no me escuchasteis? ipor tanto ya veis que también su sangre nos es demandada!
Y él les preguntó por su salud, y dijo: ¿Está bueno vuestro padre, el anciano de quien me hablasteis? ¿vive todavía?
Por tanto delante de él estoy turbado; cuando lo considero, tiemblo a causa de él.
Mas ahora te llega a ti la calamidad, y te desalientas; te toca, y estás desesperado.
Derramaré también sobre la casa de David, y sobre los habitantes de Jerusalem, espíritu de gracia y de suplicación; y mirarán a mí, a quien traspasaron; y se lamentarán a causa del que hirieron, como quien se lamenta a causa de un hijo único, y estarán en amargura por él, como uno que está en angustia por su primogénito.
porque todos le vieron, y se turbaron. Mas Jesús al punto habló con ellos, y les dijo: ¡Tened ánimo; yo soy; no tengáis miedo!
Simón Pedro, pues, viendo esto, cayó a los pies de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador!
Y en la segunda, José se dió a conocer a sus hermanos; y fué manifestada a Faraón la raza de José.
Y él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y el Señor respondió: ¡Yo soy Jesús, a quien tú persigues! [¡dura cosa te es dar coces contra el aguijón!
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá; y también aquellos que le traspasaron; y todas las tribus de la tierra plañirán a causa de él. Así sea. Amén.