Veía de nuevo en mi sueño, y he aquí siete espigas que subían en una misma caña, gruesas y buenas.
Génesis 41:23 - Biblia Version Moderna (1929) Mas he aquí siete espigas vacías, marchitas y abrasadas del solano, que crecían después de ellas: Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y que otras siete espigas menudas, marchitas, abatidas del viento solano, crecían después de ellas; Biblia Nueva Traducción Viviente Después aparecieron otras siete espigas de grano, pero estaban infestadas, resecas y marchitadas por el viento oriental. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero brotaron detrás de ellas siete espigas pequeñas, vacías y quemadas por el viento. La Biblia Textual 3a Edicion Pero, he ahí, siete espigas marchitas, menudas y resecas por el viento oriental crecían después de ellas, Biblia Serafín de Ausejo 1975 y que siete espigas vanas, delgadas y abrasadas por el viento del este brotaban tras de aquéllas. Biblia Reina Valera Gómez (2023) y que otras siete espigas delgadas, marchitas, abatidas del viento solano, subían después de ellas. |
Veía de nuevo en mi sueño, y he aquí siete espigas que subían en una misma caña, gruesas y buenas.
y se tragaron las siete espigas delgadas a las siete espigas buenas; y helo dicho a los magos, mas no hay quien me lo declare.
Mas he aquí siete espigas delgadas y abrasadas del solano, que crecían después de ellas;
Por tanto sus habitantes se hallaban de corto poder; fueron acobardados y confundidos; vinieron a ser como la hierba del campo, y la verdura de legumbres, como hierba de los terrados, y como el trigo marchitado antes de su madurez.
Aunque él sea el más fecundo entre sus hermanos, vendrá un viento solano, soplo de Jehová, procedente del desierto; y se secará su manantial, y su fuente se agotará: el enemigo despojará el tesoro de todas sus alhajas deleitosas.
Porque sembraron el viento, y segarán el torbellino, no tendrán mies; su espiga no dará harina; y si acaso la diere, los extraños la devorarán.
Herido de maldición ha sido Efraim; su raíz se ha secado; no volverán a dar fruto: y aunque tuvieren hijos, yo daré muerte al amado fruto de sus entrañas.