No miraba el alcaide de la cárcel por cosa alguna que estaba en su mano; porque Jehová era con José, y lo que él hacía Jehová lo prosperaba.
Génesis 39:8 - Biblia Version Moderna (1929) Mas él rehusó, y dijo a la mujer de su señor: He aquí, mi señor no se entiende conmigo acerca de lo que está en casa, y todo lo que tiene lo ha puesto en mi mano. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. Biblia Nueva Traducción Viviente Pero José se negó: —Mire —le contestó—, mi amo confía en mí y me puso a cargo de todo lo que hay en su casa. Biblia Católica (Latinoamericana) Pero José se negó y le dijo: 'Mi señor confía tanto en mí que no se preocupa para nada de lo que pasa en la casa, y ha puesto en mis manos todo lo que tiene. La Biblia Textual 3a Edicion Pero él rehusó, y dijo a la mujer de su señor: Ciertamente mi señor no se preocupa de lo que hay en la casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Pero él rehusó y dijo a la mujer de su amo: 'Cuando mi señor no me pide cuenta de nada de su casa, confiando en mis manos todo cuanto posee; Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y él no quiso, y dijo a la esposa de su señor: He aquí que mi señor no sabe conmigo lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene: |
No miraba el alcaide de la cárcel por cosa alguna que estaba en su mano; porque Jehová era con José, y lo que él hacía Jehová lo prosperaba.
Por eso José halló gracia en sus ojos, y era su administrador; pues él le encargó el gobierno de su casa, y cuanto tenia lo puso en su mano.
¡Hijo mío, si los pecadores quisieren atraerte con halagos, no lo consientas!
El hombre de muchos amigos labra su misma destrucción; pero hay un amigo que es más apegado que el hermano.
Cuando entrare la sabiduría en tu corazón, la ciencia fuere grata a tu alma;
Hoyo profundo es la boca de las adúlteras; aquel que es aborrecido de Jehová caerá en él.
Así sucede con aquel que se llegare a la mujer de su prójimo: ninguno que la tocare quedará sin castigo.
a fin de que te guarden de la mujer ajena, de la extraña que habla zalamerías.