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Génesis 32:12 - Biblia Version Moderna (1929)

Y tú mismo dijiste: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como las arenas del mar, que no pueden ser contadas a causa de la muchedumbre.

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Biblia Reina Valera 1960

Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Pero tú me prometiste: “Ciertamente te trataré con bondad y multiplicaré tus descendientes hasta que lleguen a ser tan numerosos como la arena a la orilla del mar, imposibles de contar”».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Líbrame de las manos de mi hermano, de las manos de Esaú; no sea que que venga y mate a todos, a la madre con sus hijos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Pero Tú mismo dijiste: De cierto te haré bien y pondré tu descendencia como la arena del mar,° que por ser tanta no se puede contar.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Líbrame, te ruego, de la mano de mi hermano, de la mano de Esaú, pues temo que llegue y me ataque, y no perdone a la madre ni a los hijos.

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Y tú has dicho: Ciertamente yo te haré bien, y pondré tu simiente como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud.

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Génesis 32:12
14 Σταυροειδείς Αναφορές  

que bendiciendo te bendeciré, y multiplicando multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo, y como las arenas a la orilla del mar; y tu simiente poseerá la puerta de sus enemigos;


Y los mensajeros volvieron a Jacob, diciendo: Llegamos a tu hermano Esaú, y también él viene a tu encuentro, y cuatrocientos hombres con él.


Mientras tanto Judá e Israel eran  muchos, como las arenas que están junto al mar en multitud, comiendo, y bebiendo, y alegrándose.


Acuérdate de Abraham, de Isaac y de Israel, siervos tuyos, a quienes por ti mismo juraste, y les dijiste: Multiplicaré vuestra simiente como las estrellas del cielo; y toda esta tierra que os tengo prometida, la daré a vuestra simiente, y ellos la heredarán para siempre.


¶Sin embargo de esto, el número de los hijos de Israel será como las arenas del mar, que no pueden ser medidas ni contadas: y acontecerá que en el lugar donde les fué dicho: No sois mi pueblo, les será dicho: ¡Hijos sois del Dios vivo!


Dios no es hombre para que mienta, ni hijo de Adam, para que mude de propósito. ¿Ha dicho él, y acaso no lo hará? ¿o ha hablado, y dejará de cumplir su palabra?


El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.


si somos infieles, él permanece fiel; porque no puede negarse a sí mismo.


con esperanza de vida eterna, la que Dios, que no puede mentir, prometió antes de los tiempos de los siglos,


Por lo cual también nacieron de uno, y ese ya amortecido, descendientes como las estrellas del cielo en multitud, e innumerables como las arenas que están a la orilla de la mar,


Por lo cual, queriendo Dios mostrar, con mayor abundancia de certidumbre, a los herederos de la promesa la inmutabilidad de su propósito, interpuso sujuramento;


Además también, la Gloria de Israel no mentirá, ni mudará de propósito: porque no es hombre para que cambie de ánimo.