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Cantares 3:3 - Biblia Version Moderna (1929)

A mí sí me hallaron las patrullas que rondan por la ciudad; a quienes les pregunté: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

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Περισσότερες εκδόσεις

Biblia Reina Valera 1960

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

Los guardias me detuvieron mientras hacían sus rondas, y yo les pregunté: «¿Han visto ustedes al hombre que amo?».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

Me encontraron los centinelas, esos que andan de ronda por la ciudad.

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La Biblia Textual 3a Edicion

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad. ¿Habéis visto al que ama mi alma?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

Tropecé con los guardias, los que rondan la ciudad. ¿Habéis visto al amado de mi alma?

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Biblia Reina Valera Gómez (2023)

Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

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Cantares 3:3
10 Σταυροειδείς Αναφορές  

Dime, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas tu rebaño; dónde lo haces sestear al medio día; pues ¿por qué he de ser yo como alguna tapada, junto a los rebaños de tus compañeros?


Á mí sí me hallaron las patrullas que rondan por la ciudad; me hirieron, me llagaron; los guardas del muro me quitaron el manto que traía sobre mí.


Los atalayas de Israel son ciegos todos ellos; nada saben; todos ellos son perros mudos; no pueden ladrar; soñadores, echados en tierra, amantes del sueño.


Sobre tus muros, ¡oh Jerusalem! he puesto centinelas, los cuales todo el día y toda la noche nunca guardarán silencio. ¡Los que recordáis a Jehová sus promesas, no toméis vosotros descanso,


Hijo del hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel; por tanto oirás de mi boca la palabra, y les amonestarás de mi parte.


Jesús le dice: Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas? Ella, suponiendo que sería el hortelano, le dice: ¡Señor, si tú le has quitado de aquí, dime dónde le has puesto, y yo me lo llevaré!


¶Obedeced a los que tienen el gobierno de vosotros, y someteos a ellos; porque velan por vuestras almas, como los que han de dar cuenta a Dios; a fin de que lo hagan con gozo, y no con pesadumbre; porque esto os sería desventajoso.