Y los cielos proclamarán la justicia de él; porque Dios mismo es el Juez. (Pausa.)
Apocalipsis 19:11 - Biblia Version Moderna (1929) ¶Y ví el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y aquel que estaba sentado sobre él se llamaba Fiel y Verdadero; y en justicia juzga y hace guerra. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Biblia Nueva Traducción Viviente Entonces vi el cielo abierto, y había allí un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque juzga con rectitud y hace una guerra justa. Biblia Católica (Latinoamericana) Vi el cielo abierto y apareció un caballo blanco. El que lo monta se llama 'Fiel' y 'Veraz'. Es el que juzga y lucha con justicia. La Biblia Textual 3a Edicion Y vi el cielo abierto,° y he aquí un caballo blanco, y el que lo monta es el Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y guerrea. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Vi entonces el cielo abierto y apareció un caballo blanco. Su jinete se llama 'fiel y veraz', porque juzga y hace guerra según justicia. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que estaba sentado sobre él, era llamado Fiel y Verdadero, y en justicia juzga y pelea. |
Y los cielos proclamarán la justicia de él; porque Dios mismo es el Juez. (Pausa.)
delante de Jehová; porque viene, sí, porque viene a juzgar la tierra ¡juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad!
delante de Jehová, porque viene a juzgar la tierra! ¡juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con equidad!
Y el poder del Rey es afecto a la justicia: tú has establecido la rectitud; tú has hecho juicio y justicia en Jacob.
HE aquí que para hacer justicia reinará un Rey, y príncipes gobernarán para ejecutar juicio.
¡Pregonad, y hacedlos acercarse! sí, consulten ellos juntos. ¿Quién ha hecho saber esto desde la antigüedad? ¿quién desde remotos tiempos lo ha declarado? ¿Acaso no fuí yo, Jehová? y fuera de mí no hay Dios alguno. Dios justo y Salvador, no hay ninguno sino yo solo.
En aquellos días y en ese tiempo haré que brote para David un Vástago de justicia, el cual ejecutará juicio y justicia en la tierra.
Y ACONTECIÓ que a los treinta años (de edad), en el mes cuarto, al cinco del mes, estando yo en medio de los cautivos, junto al río Kebar, fueron abiertos los cielos, y tuve visiones de Dios.
Aquella noche ví que, he aquí, un hombre iba montado en un caballo rojo; y se detuvo entre los mirtos que había en una hondonada; y detrás de él había caballos rojos, alazanes y blancos.
Y le dice: En verdad, en verdad os digo, que en adelante veréis abierto el cielo, y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del hombre.
Jesús le dice: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí.
y de Jesucristo, que es el fiel testigo, el primogénito de entre los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. A Aquel que nos ama, y nos ha lavado de nuestros pecados en su misma sangre,
¶Y fué abierto el templo de Dios en el cielo, y fué vista en su templo el arca de su pacto: y hubo relámpagos, y voces, y truenos, y un terremoto, y grande pedrisco.
¶Y ví a la bestia, y a los reyes de la tierra y sus ejércitos, congregados para hacer guerra contra Aquel que estaba sentado sobre el caballo, y contra su ejército.
Y los demás fueron muertos con la espada de aquel que estaba sentado sobre el caballo, espada que salía de su boca: y todas las aves se hartaron de las carnes de ellos.
¶Y al ángel de la iglesia que está en Laodicea, escribe: Estas cosas dice el Amén, el testigo fiel y verdadero, el principio de la creación de Dios:
¶Y al ángel de la iglesia que está en Filadelfia, escribe: Estas cosas dice el que es santo, el que es veraz, el que tiene la llave de David, el que abre, y ninguno cierra, y cierra, y ninguno abre:
DESPUÉS de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo, y la primera voz que oí, voz como de trompeta, fué de uno que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá; y te mostraré las cosas que han de suceder después de éstas.
Y miré, y he aquí un caballo blanco; y aquel que estaba sentado sobre él tenía un arco, y le fué dada una corona; y salió venciendo, y para vencer.