En esto, Isbi-benob, que era de los hijos del gigante Rafá, el peso de cuya lanza fué trescientos siclos de bronce, y que se había ceñido una espada nueva, se propuso matar a David.
2 Samuel 21:22 - Biblia Version Moderna (1929) Éstos cuatro habían nacido al gigante Rafá en Gat, y cayeron por mano de David y sus siervos. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Estos cuatro eran descendientes de los gigantes en Gat, los cuales cayeron por mano de David y por mano de sus siervos. Biblia Nueva Traducción Viviente Estos cuatro filisteos eran descendientes de los gigantes de Gat, pero David y sus guerreros los mataron. Biblia Católica (Latinoamericana) Los cuatro eran hombres de Gat descendientes de Rafá. Fueron muertos por las manos de David y de sus guardias. La Biblia Textual 3a Edicion Estos cuatro eran hijos de Rafah en Gat, y cayeron por la mano de David, y por la mano de sus siervos.° Biblia Serafín de Ausejo 1975 Estos cuatro hombres eran descendientes de Rafá, de Gat; pero cayeron a manos de David y de sus servidores. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Estos cuatro le habían nacido al gigante en Gat, los cuales cayeron por la mano de David, y por la mano de sus siervos. |
En esto, Isbi-benob, que era de los hijos del gigante Rafá, el peso de cuya lanza fué trescientos siclos de bronce, y que se había ceñido una espada nueva, se propuso matar a David.
Éste también denostó a Israel; pero le hirió Jonatán hijo de Simea, hermano de David.
Éstos habían nacido al gigante Rafá en Gat; y cayeron por mano de David, y por mano de sus siervos.
En Dios haremos proezas; pues es él quien hollará a nuestros enemigos.
La voz de gozo y de salvación se oye en las moradas de los justos: ¡la diestra de Jehová hace prodigios!
En Dios haremos proezas; pues es él quien hollará a nuestros enemigos.
¶Volvíme, y observé que debajo del sol la carrera no es de los ligeros, ni la batalla de los fuertes; ni tampoco de los sabios el pan, ni de los entendidos las riquezas, ni de los inteligentes el favor; sino que el tiempo y la casualidad les tocan a todos ellos.
Así dice Jehová: No se gloríe el sabio en su sabiduría, ni se gloríe el poderoso en su poder, ni se gloríe el rico en sus riquezas;
¶¿Qué pues diremos a estas cosas? si Dios está por nosotros, ¿quién puede estar contra nosotros?
Al contrario, en todas estas cosas somos vencedores, y más aún, por medio de aquel que nos amó.
Ahora bien, dame esta montaña de la cual habló Jehová en aquel día. Porque tú oíste decir en aquel día, que los Anaceos estaban allí, con ciudades grandes e inexpugnables. Jehová tal vez estará conmigo, de manera que yo pueda desposeerlos, como dijo Jehová.