Con lo cual dijo la mujer: Sea permitido que hable tu sierva a mi señor el rey siquiera una palabra. Y dijo el rey: Habla.
2 Samuel 20:17 - Biblia Version Moderna (1929) Y habiéndosele acercado éste, le preguntó la mujer: ¿Eres tú Joab? Y él contestó: Sí, soy. Entonces ella le dijo: Oye las razones de tu sierva. A lo que dijo él: Escuchando estoy. Περισσότερες εκδόσειςBiblia Reina Valera 1960 Cuando él se acercó a ella, dijo la mujer: ¿Eres tú Joab? Y él respondió: Yo soy. Ella le dijo: Oye las palabras de tu sierva. Y él respondió: Oigo. Biblia Nueva Traducción Viviente Cuando Joab se acercó, la mujer le preguntó: —¿Es usted Joab? —Sí, soy yo —le respondió. Entonces ella dijo: —Escuche atentamente a su sierva. —Estoy atento —le dijo. Biblia Católica (Latinoamericana) Joab se acercó y la mujer le dijo: '¿Eres tú Joab?' El respondió: 'Sí, yo soy'. Ella le dijo: 'Escucha lo que tengo que decirte'. Respondió: 'Escucho'. La Biblia Textual 3a Edicion Así que él se acercó a ella, y la mujer le preguntó: ¿Eres tú Joab? Y le respondió: Yo soy. Y ella le dijo: Oye las palabras de tu sierva. Y él respondió: Escucho. Biblia Serafín de Ausejo 1975 Acercóse él, y ella le preguntó: '¿Eres tú Joab?'. Él respondió: 'Yo soy'. Le dijo entonces ella: 'Escucha las palabras de tu sierva'. Y él replicó: 'Estoy escuchando'. Biblia Reina Valera Gómez (2023) Y cuando él se acercó a ella, dijo la mujer: ¿Eres tú Joab? Y él respondió: Yo soy. Y ella le dijo: Oye las palabras de tu sierva. Y él respondió: Oigo. |
Con lo cual dijo la mujer: Sea permitido que hable tu sierva a mi señor el rey siquiera una palabra. Y dijo el rey: Habla.
Entonces clamó una mujer sabia desde la ciudad: ¡Oíd! ¡oíd! ¡Ruégoos digáis a Joab que venga acá, para que yo hable con él!
Luego habló ella, diciendo: Ciertamente desde un principio debiera haberse dicho: A lo menos se ha de preguntar a los de Abel; y así se hubiera acabado ya el asunto.
Y, caída a sus pies, dijo: ¡Sobre mí, sobre mí, señor mío, sea esta iniquidad! Permite, te lo ruego, que hable tu sierva en tus oídos, en tanto que escuches las palabras de tu sierva.